No cabe duda de que, hasta en los personajes más dispares que interpreta Marlon Brando hay, más o menos soterrado, un, digamos, aire de familia. Es, claro está, la impronta del actor. Y eso a unos les parece bueno, por cuanto supone de personalidad, y a otros, malo, porque puede restar flexibilidad interpretativa. Uno de estos últimos le dijo un día al actor: "En todos sus personajes está usted", a lo que Brando respondió: "Verá, es que aunque lo intento, no logro llegar a ser una máquina".