Aquella aspirante a actriz de cine traía locos a todos con lo de su nombre artístico. Preguntaba a cualquiera. Como a Gary Cooper aquel día, en los estudios: "Estoy preocupada. No encuentro un nombre adecuado, que suene". A lo que Cooper dijo: "Eso no tiene importancia. Si usted demuestra ser verdaderamente una actriz, cualquier nombre sonará".