Akim Tamiroff, el gran actor ruso afincado en Norteamerica, estuvo preparándose durante largos años, a base de estudiar gesto, dicción, expresión corporal, todo cuando podía ayudarle en la interpretación. O sea, lo contrario de muchos imrovisados. Uno de esos improvisados le dijo un día: "Lo importante es tener sensibilidad", a lo que Tamiroff respondió: "Si, pero créame, saber cómo expresarla no está de más".