En una de sus interpretaciones, Aldo Fabrizzi, el actor italiano, daba una certera visión de un tío al que le gustaba vivir bien, sin trabajar demasiado. Y se la elogiaron mucho. Y él, modestamente dijo: "Aquí, entre nosotros, no hay por qué poner los ojos en blanco. No me ha costado demasiado trabajo, porque confesaré que también a mí me gusta eso: vivir bien sin esforzarme mucho".