Se daba una recepción en honor de los intérpretes de una película que acababa de estrenarse. Entre ellos estaba Don Ameche. Y se le acercó una señora: "Me gustaría que me dijera una cosa. ¿Por qué tiene usted siempre cara de ser feliz?- A lo que Ameche respondió: "Pues no puede ser más sencilla. Primero, porque lo soy. Y segundo, porque, aunque no lo fuera, debería esa consideración a los demás".