Gérard Philippe, aquel fino actor francés, acababa de rodar una película cuando un amigo le preguntó su opinión, a lo que él dijo: "No tengo ni idea". "¿Que no tienes ni idea?", le replicó el amigo, a lo que Philippe contestó: "Como lo oyes. Me he limitado a hacer lo que se me decía. Y nada demuestra más claramente la limitación humana que el trabajo de un actor. Con él, un montador puede hacer una maravilla o un desastre". "Pero el montador también es humano", le comentó el amigo", y para finalizar, el actor dijo: "A veces".