La primera pega que le pusieron a Francis Lederer, cuando se acercó a un estudio de cine en demanda de un pequeño papel fue ésta: "Lo siento, pero... no", a lo que Lederer preguntó: "¿Puede aclararme por qué?". a lo que le dijeron: "Pues, sinceramente, porque tiene usted cara de malo". Y Lederer con la mayor de las sorpresas dijo: "Pero no lo soy".