Gary Cooper, como recuerdan los aficionados al cine, era muy alto. Bueno, pues eso supuso un inconveniente en los comienzos de su carrera, cuando el que iba a ser famoso tenía que conformarse con puestos de extra en películas del Oeste. Un director le dijo: "Ese, nada. Llama demasiado la atención". Y Gary Cooper, que atravesaba una etapa de desánimo, le dijo a un compañero: "¿Que llamo la atención?. Creo que me ocurre todo lo contrario".