Vittorio de Sica, tras "Ladrón de bicicletas", recibió muchos elogios y también lo contrario. Había quien no entendía que el cine pudiera hacerse en la calle, sin decorados, de espaldas a los viejos preceptos. Alguien le dijo: "Yo creo que eso no es cine" y De Sica respondió "Puestos a creer, puede que haya quien crea que lo otro es lo que no era cine".