George Brent pasó siempre por un hombre modesto., jamás se le oyó vanagloriarse de su trabajo, y si cierto que nunca fue una estrella, también es cierto que hizo cosas muy estimables. Un día dijo: "Yo soy un trabajador, simplemente". Y como nadie le cortase con un elogio, añadió, bienhumoradamente: "Vamos, creo que eso, al menos, me lo aceptarán ustedes".