Se cuenta de Charles Chaplin que una noche cenó en casa de un señor famoso por su avaricia. Como era de esperar, la cena fue sumamente parca. Al marcharse Chaplin, el anfitrión le dijo: "¿Cuando podré tener la suerte de invitarle otra vez a cenar?". "Ahora mismo, si usted quiere", respondió Chaplin.