Fernandel, el actor cómico francés, era hombre de abierto buen humor. Por ejemplo se reía de su fealdad. En una ocasión alguien, con el clarisimo afán de molestarle, le dijo: "Perdóneme, pero ¿nadie le ha dicho que tiene usted cara de caballo?, a lo que Fernandel respondió "Pero hombre: con lo guapos que son los caballos".