La dinastía de los Barrymore, (Ethel, Lionel y John), es insoslayable en cualquier historia del cine. Los buenos aficionados recordarán los ojos expresivos, elocuentes, de Ethel. De ellos trata la anécdota. Un dia dijo John: "Cuando Ethel ve una película mía, luego yo le miro a los ojos. Y no hace falta que me diga nada. Y eso es lo malo: porque las palabras pueden disimular".