Fernandel, el gracioso actor del cine francés, tuvo que aguantar, como muchos que triunfan, la envidia de los que se quedan a mitad de camino. Pero lo aguantó bien, porque Fernandel era hombre de muy fino sentido del humor. En una ocasión, un actor mediocre le espetó "Claro, su éxito como actor cómico se debe a su lealtad..." a lo que el actor dijo "No creo. Si se triunfase por feo, mi triunfo sería mucho mayor".