Le llevaron un muchacho a Elia Kazan con la pretensión de que hiciera de él un actor. Y Kazan se dio cuenta de que nada había que hacer. Pero insistían a lo que el director dijo "No crean que no quiero servirles. Podría hacer de este muchacho, no se... un piano de cola o una motocicleta más fácilmente que un actor".