Melvyn Douglas, el actor, aportó al cine un trabajo mesurado, contenido, entre la honda expresión y el humor. Y hubo quien no lo entendió. Como aquel que le preguntó "Pero usted ¿qué es, un actor dramático o un actor cómico?". Y Douglas contestó "No veo por qué tengo que ser dramático o cómico, soy, sencillamente, un actor".