La actriz Marta Thoren llegó al cine por sus bellisímos ojos verdes. Luego se consolidó por su talento. No de grandisima intérprete, pero sí de artista de fina sensibilidad. Lo de los ojos fue solo el arranque. Después tuvo que luchar mucho. Ella lo dijo así en una ocasión: "Llegué a dudar de que se viese que, tras los ojos, había una actriz".