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CRITICA
Por: PACO CASADO
Este documental va sobre un hombre que vivió en lugares de los que los demás huimos, que convirtió nuestros miedos en su patio de recreo a medida que sacaba a la superficie sus pesadillas a través de sus pinturas y esculturas.
La directora Belinda Sallin sondea en él el fascinante universo del artista suizo Hans Rudolf Giger nacido en 1940.
Hansrudi Giger fue el creador del famoso monstruo extraterrestre de la película 'Alien, el octavo pasajero' (1979), de Ridley Scott, que lo conoció al leer su libro 'Necronomicon' y le encargó el diseño y decoración del film para el que creó y fue capaz de dar vida a criaturas aterradoras y espantosas de un mundo fantástico y surrealista.
La cinta no hace alusión a su intervención en el cine más que con 'Alien' cuando a partir de ahí participó de una forma o de otra en una decena más de títulos.
Fue rodada meses antes de su fallecimiento el 12 de mayo de 2014 tras caerse por unas escaleras, en donde se nos muestra como una especie de zombi viviente, deambulando por el laberinto de su casa de Zurich en total desorden y convertida en una especie de museo improvisado, o de su jardín donde había instalado un tren de la bruja con todos sus miedos profundos y pesadillas producidas por ácidos lisergicos, salidas de sus subconsciente.
Giger se nos muestra sin apenas capacidad para poder expresarse con facilidad, debido a una enfermedad que poco a poco le quitaba la vida.
En la película aparece una serie de personas que hablan sobre él, un ser amable, modesto y con buen sentido del humor, aunque físicamente no lo pareciera, sobre su obra que le convirtió en una figura controvertida, o que de alguna manera le ayudaron o fueron partícipes de su obra o de su vida, como el psiquiatra Stanislav Graf, Leslie Barany su ayudante, Tom Gabriel Fische músico y asistente, Mia Bonzanico ex-esposa y amante, Sandra Beretta ex-pareja y ayudante, Carmen María Giger directora del museo que hay en Gruyeres que lleva su nombre y donde se guardan sus obras de esculturas y pinturas más relevantes, de una imaginación desbordada y atroz en la concepción de esos monstruos que parece venidos de otros mundos surrealistas en los que se plasman sus ideas sobre el sexo, la vida y la muerte.
Si por algo interesa este documental es por conocer la obra de este artista monstruoso, algo de su vida y de su mundo que se nos muestra en un desordenado guion en el que intervienen las personas antes citadas o que figuran en la ficha técnica, aunque no por los valores fílmicos que a nuestro entender no los tiene, a pesar de que por lo dicho antes no está falto de interés, sobre todo para aquellos espectadores curiosos que quieran conocer al artista, su universo íntimo y sobre todo su obra.
Ganó el Oscar a los mejores efectos visuales y a partir de ahí se hizo popularmente famoso lo que contribuyó a dar a conocer sus creaciones.
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