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CRITICA
Por: PACO CASADO
No merecía el desprecio recibido en el Festival de San Sebastián esta película, tal vez porque su director, Imanol Uribe, justo ganador de la Concha de Oro por 'Días contados' (1994), recibiera otra inmerecida por 'Bwana' (1996), que fue justamente pateada.
Tal vez para paliar eso decidió acudir fuera de concurso y mejorar el sabor de boca con esta adaptación de la novela de Antonio Muñoz Molina (que aparece como el conserje del colegio) que ha llevado a cabo su propia esposa Elvira Lindo.
Un inspector de policía, tras 15 años en el país vasco, vuelve a su ciudad natal, Palencia, y se tropieza con un nuevo horror, además del ya sufrido en Bilbao, que ha sumido a su mujer en un manicomio y que le hace mirar bajo el coche cada vez que monta en él, el crimen de una niña que ha llevado a cabo un joven y desequilibrado psicópata.
Pero también encuentra el otro lado amable de la vida en la maestra de la chica que le hace ver por primera vez lo que es el auténtico amor.
La novela tiene unos personajes con mucha substancia, como el policía, la maestra, el forense o el cura al que Fernando Fernán Gómez dota de una gran humanidad.
Pero el guion no los traslada bien a la pantalla, especialmente al asesino, que malinterpreta Juan Diego Botto, mientras que la media hora final es casi un pastiche, un añadido que rompe el ritmo de una cinta muy bien dirigida y filmada por Imanol Uribe.
Premio Ondas a mejor película española y mejor actriz Adriana Ozores.
Nominada a cinco Goyas.
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