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CRITICA
Por: PACO CASADO
De la docena aproximadamente de documentales y películas realizadas hasta ahora por el director mandarín Jia Zhang-ke, uno de los más conocidos de la llamada Sexta generación, tras los de la Quinta como Zhang Yimou y Chen Kaige, tan sólo hemos visto en España 'Naturaleza muerta' (2006) y 'Un toque de violencia' (2013) y ahora nos llega esta tercera 'Más allá de las montañas' (2015) en la que sigue hablando de los mismos temas.
China a finales del año 1999. Dos amigos de la infancia, Zang Yi y Liangzi, cortejan a Tao, una joven de Fenyang. Zang Yi es el egoísta dueño de una gasolinera y tiene un futuro prometedor. Liangzi es un pobre y humilde obrero que trabaja en una mina de carbón. Tao tiene el corazón dividido entre ambos, pero deberá tomar una decisión de quién será su marido, que marcará su vida.
Desde una China en pleno cambio a una Australia como promesa de una vida mejor, el film sigue las esperanzas, desilusiones y amores de unos personajes ante su destino en un cuarto de siglo.
La historia pasa en tres momentos: comienza en 1999 con la despedida del año, se detiene en la actualidad en 2014 y acaba en un futuro en 2025.
Es una crítica al capitalismo salvaje que ha entrado en la China, cómo ha ido cambiando del sistema comunista al capitalista con el culto al dinero, la diferencia de clases, la pérdida de la identidad hasta darnos una visión negativa del país, así como de los valores morales, familiares o de amistad en este melodrama que constituyen las historias personales de cada uno de los componentes del trío protagonista.
El guion, lleno de irregularidades, deja muchas cosas en el aire, personajes que desaparecen a la mitad sin dar más explicación, caso de Liangzi, por qué Tao se divorcia y deja que Dólar se vaya con su marido, actitudes de otros como Zang Yi con su hijo al negarse a hablar más que en mandarín con lo que no se entiende con él, o la relación de Dólar con Mía, la maestra, que no se acaba de comprender muy bien, que protagoniza la parte final del metraje en una innecesaria Australia futurista de 2025.
Cinematográficamente va cambiando en cada etapa el formato comenzando con un aspecto cuadrado, para pasar a panorámico y terminar en Scope, en los que vamos conociendo los avatares de cada uno de ellos, como igualmente van evolucionando los medios de transportes.
Es interesante cómo está rodada y sobre todo la evolución física que experimentan los personajes con el paso del tiempo, especialmente en Zhao Tao (musa y esposa del director) que es donde mejor se aprecia, con un estupendo maquillaje y una notable interpretación, que es de lo mejor de esta cinta, que muestra cómo se va transformando al ir envejeciendo.
Paralelamente nos va enseñando también cómo la China a ido cambiando, con una visión futurista negativa sobre el país en este drama de esperanza, amores, amistad y desilusiones.
Con un ritmo lento ya que la primera parte tarda en arrancar, la mejor es la segunda aunque algún personaje desaparece dejando la historia sin terminar y la tercera la más sorprendente y desconcertante ya que no acaba de encajar ni resulta muy creíble.
Este desolador drama familiar dirigido por el cineasta chino Jia Zhang-ke, sigue la evolución de estos cinco personajes, participó en 2015 en la sección oficial del Festival de cine de Cannes y en el de San Sebastián recibiendo el premio del público en este último.
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