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CRITICA
Por: PACO CASADO
A pesar de su juventud (1970) Jia Zhang-ke está incluido entre la Sexta generación de directores chinos como Zhang Yimou, Chen Kaige y con su media docena de films realizados hasta ahora ya ha ganado el León de Oro de la Mostra de Venecia 2006 con esta película, que tiene su precedente en Dong, un documental que realizó previamente sobre la antigua ciudad de Fengyang, de dos mil años de historia, cuando fue arrasada por las aguas para la construcción de la faraónica presa de las Tres Gargantas sobre el río Yangtse, que costó el desplazamiento de miles de sus habitantes y truncó los sueños de muchos de ellos.
Con ese telón de fondo, con un tono casi neorrealista, engarza dos historias de ficción, la de Han Sanming, un minero del carbón que busca a su ex mujer y a su hija a las que no ve desde hace 16 años y por otra parte una enfermera cuyo marido se fue de casa hace dos años y que ahora le busca para pedirle el divorcio.
La cinta, realizada con cámara digital, tiene un cierto sentido metafórico, con un paisaje desolado, en el que se destruye lo antiguo, una civilización de hace dos mil años para construir algo nuevo, un mundo en descomposición, lleno de corrupción y materialismo.
La película, que está llena de humanidad y compasión con gran profundidad y emoción, se centra en esos cambios, como las parejas de las que se cuenta sus historias, lo que hace de forma lenta, parsimoniosa y un tanto aburrida que poco interesa al espectador.
Bien se podía haber pulido un poco en el montaje en cuanto al metraje, cuando al final no soluciona ninguna de las dos historias.
León de oro en el Festival de Venecia. Mejor director en los premios Asian enel Festival de Durban. Mejor Film y director en los premios Kinema Junpo. Premio de la crítica al mejor film y director extranjero en el festival SESC de Brasil.
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