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CRITICA
Por: PACO CASADO
'Fort Apache' (1948) en un western que hay que reconocerlo como una obra maestra y una de las más logradas de su director, John Ford.
Hasta Fort Apache, un enclave militar situado estratégicamente en el desierto para frenar las acometidas de los apaches mescaleros huidos de la reserva, llegan el coronel Owen, nuevo comandante en jefe del puesto, hambriento de gloria, y su preciosa hija Phil.
El excesivo rigor del coronel a la hora de exigir el cumplimiento de las ordenanzas, chocará con la total indisciplina de los sub-oficiales quienes a pesar de ello, no dudarán en obedecer sus órdenes aún a riesgo de poner en peligro sus vidas.
En el conflicto con los indios apaches, el coronel Thursday desoye los experimentados consejos del capitán York y traiciona las negociaciones con el jefe indio sin respeto por la tribu local.
El engreído coronel verá peligrar su vida ya que caerá en una trampa de los indios.
Este es el primero y más célebre de los westerns que John Ford dedicó a la trilogía sobre caballería de los Estados Unidos, completada con 'La legión invencible' (1949) y 'Río Grande' (1950), aunque con posterioridad volvería sobre el tema con 'Misión de audaces' (1959).
Está basado en la masacre de Little Big Horn y fue planteado por el maestro John Ford con total objetividad, intentando mostrar las contradicciones que se produjeron en el seno del ejército norteamericano.
En esta ocasión el cineasta de origen irlandés dejó de contar con el guionista Dudley Nichols para colaborar con Frank S. Nugent que volvería a trabajar con él en posteriores obras suyas como 'El hombre tranquilo (1952) o 'Escala en Hawai' (1955).
En esta película es tan evidente la belleza que no es necesario tener unos grandes conocimientos técnicos, ni cinematográficos para advertirla, tan sólo hace falta un poco de sensibilidad, ya que el arte de John Ford es ciertamente popular.
La evidencia absoluta, la verdad de lo que ocurre y cómo sucede en la pantalla, es el camino de una belleza que no necesita del crítico para refrendarla, ni del erudito para hacerla notar.
Este hombre modesto de cine, con su optimismo y tozudez irlandesa, se reía paternalmente como un Júpiter humorístico del cine-verdad, descubrimiento de los intelectuales del cine francés, que no lo supieron ver en el cine de John Ford muchos años antes.
Un western clásico con un cuidadoso sentido del ritmo, a partir del excelente guion de Frank Nugent, un escritor que se convertiría en un asiduo y excelente colaborador del gran maestro John Ford, que aquí reúne el drama, la comedia, la tragedia, la poesía lírica y la épica, la crítica social y el espectáculo en un sólo film.
Es el único western de John Ford en el que coincidieron en la pantalla sus dos actores más importantes, John Wayne y Henry Fonda.
Es una obra completa, una obra maestra que no es mejorable.
Así nos evitamos tener que entrar en más análisis ni tener que diseccionar la cinta a trozos para estudiarla.
Esta película fue la ganadora del Primer Premio y a la mejor fotografía en blanco y negro del certamen internacional de Cine de Locarno en el año 1948.
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