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CRITICA
Por: PACO CASADO
A veces los actores que suelen hacer de duros en la pantalla les da por probar otras opciones como es la comedia y así le ocurrió a Arnold Schwarzenegger en 'Los gemelos golpean dos veces' (1988), 'Poli de guardería' (1990), 'Un padre en apuros' (1996) a Sylvester Stallone en 'Oscar ¡quita las manos!' (1991), '¡Alto!, o mi madre dispara' (1992), Vin Diesel en 'Un canguro superduro' (2005) y a Dwayne Johnson que ya probó fortuna en 'Papá por sorpresa' (2007) vuelve a repetir con 'Un espía y medio' (2016)
Bob Stone, un letal agente de la CIA, víctima de acoso escolar en su adolescencia debido a su oronda figura y por ser un buenazo y un empollón, vuelve a casa para asistir a una reunión de antiguos alumnos con veinte kilos menos y una musculatura de atleta.
Con la excusa de estar trabajando en un caso secreto, consigue la ayuda de Calvin Joyner el chico más popular de los años del instituto, que ahora es un aburrido contable y vive añorando sus buenos sueños de gloria.
A medida que se acerca la reunión conmemorativa de los años escolares, trata de hacer contacto con sus viejos amigos.
Cuando Calvin se da cuenta del embrollo en que se ve metido, es demasiado tarde para salirse de un mundo de tiroteo, traiciones y espionaje en el que se trata de atrapar al Tejón Negro y se juega el cuello mientras salvan al mundo.
Una disparatada comedia de acción en la que se lanza un alegato contra el acoso escolar. Bob Stone es un empollón obeso que era el hazmerreir del instituto y que, dos décadas después, se ha convertido en un musculoso y pueril agente de la CIA que meterá en líos al que era su único amigo durante la adolescencia, Calvin Joyner, el chico más popular y con posibilidades de tener éxito en la vida que sin embargo se ha convertido en un fracasado contable, mientras que el humillado ha triunfado y le anima.
La gracia está en el contraste entre los dos personajes, no solo por su aspecto físico, sino también por la forma de actuar, por el valor de uno y el miedo del otro.
El guion utiliza esta breve anécdota que a veces estira demasiado en algunas situaciones para poner en apuros a estos dos amigos un tanto a la fuerza.
Hay un trasfondo de espionaje que resulta entretenido, que no engaña a nadie, que se pasa bien, se ríe, con momentos divertidos y química en la pareja protagonista, aunque para ello Kevin Hart que le ha tocado hacer del personaje serio en este caso se pase de rosca en muchas ocasiones con el propósito de hacer reír mientras que Dwayne Johnson es el cómico con sus propuestas a su amigo que no acaba de creerse dónde le ha metido.
El film toma los papeles de los actores principales y les da la vuelta logrando gran cantidad de acción mientras que el público se lo pasa bien.
Ciertamente no confiábamos mucho en Rawson Marshall Thurber tras ser el director de flojas comedias como 'Cuestión de pelotas' (2004) o 'Somos los Miller' (2013), pero esta vez sale mejor del empeño en el que a las escenas cómicas se le añaden unas de acción, mal dirigidas, pero funcionales.
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