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CRITICA
Por: PACO CASADO
No nos suelen llegar muchas muestras de las cinematografías de Finlandia, ni de Islandia, pero de vez en cuando alguna copia de ellas cae por nuestras carteleras, sobre todo de Aki Kaurismaki, su director más conocido o como la que comentamos de coproducción conjunta de ambas.
Es la historia de un anciano un tanto cascarrabias que vive del pasado, que cree que todo era mejor en su tiempo, como su coche Ford Escort con el que lo compara todo.
El relato comienza cuando un día tiene un aparatoso accidente doméstico en el que se lastima un pie y el médico lo manda a Helsinki para asistir a fisioterapia y va a alojarse en casa de su hijo que tiene un hogar moderno con Liisa su nuera, una mujer de carrera que no está mucho en casa, sus hijos están fuera, con la abuela y el hijo se queda en el campo con la madre que está enferma de Alzheimer. Su temperamento choca constantemente con su nuera hasta que decide ayudarle en su empresa.
Liisa ha de cuidar a unos clientes rusos que tiene que recoger en el aeropuerto al que le acompaña el suegro, por no dejarlo solo en casa, que le estropea el negocio. Harta de él decide llamar a su marido y ella se marcha de casa.
Esta novela ya fue llevada a la radio y al teatro siendo interpretada por el mismo actor que ahora hace la película, Antti Litja, en la que se convierte en el protagonista absoluto de la misma, en momentos que bordean el surrealismo, incorporando con eficacia el personajes incluso físicamente con la expresión de su rostro que ya muestra su mal carácter.
Incorpora a ese anciano que se enfada consigo mismo, que se enfrenta a un mundo moderno muy diferente al suyo, donde todo son prisas, un machista empedernido que desconoce cómo funciona un cepillo de dientes eléctrico, no sabe cómo se enciende un móvil, el microondas o la cocina de inducción para hacerse un simple café, que no escucha más que la radio y en la televisión sólo le interesan las noticias, pero que se atreve a dar consejos a todo el mundo, como si tuviéramos que volver al pasado que según él era mejor que el presente, aunque también tuvo sus errores cuando educaba a sus hijos o con su esposa que un día se marchó de casa y no volvió hasta seis meses después.
El anciano es tan gruñón e insoportable como acaba siendo entrañable y querido por sus propias nietas, que en algunos momentos nos recuerda al señor Hulot de 'Mi tío' (1958), de Jacques Tati, enfrentado a las nuevas tecnologías.
El film critica el ritmo de vida de la sociedad moderna a través del personaje protagonista, la diferencia generacional que hay entre padres e hijos que cada vez se acentúa más conforme ellos van siendo más mayores y viven más entre otras cosas.
Director de origen chipriota, afincado en Finlandia desde los cinco años, hace con éste su sexto largometraje, con experiencia como actor en cortos, largos y series de televisión, lleva la historia a buen ritmo, introduciendo en el guion un humorismo que posiblemente sea mejor entendido en los países nórdicos que en latinos como el nuestro, pero que tiene algunos momentos que son bastante eficaces y divertidos.
Premio Jussi a mejor actor para Antti Litja.
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