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CRITICA
Por: PACO CASADO
La nueva comedia americana cuya base está en los hermanos Farrelly y Apatow echa mano de algunos esquemas clásicos dándoles la vuelta y actualizándolos de forma grosera, como es habitual en los últimos tiempos, para hacer una vez más una zafia película cómica en torno a los problemas e inquietudes que tiene un padre con respecto al novio de su hija que pretende convertirse en el yerno no deseado por éste.
Esas cuestiones ya se vieron en 'El padre de la novia' (1991) y en la nueva versión de este mismo tema llevada a cabo en 1995 así como otros títulos con temática semejante más recientes como 'Los padres de ella' (2000) y 'Los padres de él' (2004), 'Ahora los padres son ellos' (2010) cuyos guiones eran de John Hamburg, por ejemplo, ahora director de ésta.
La nueva cinta de John Hamburg los trata de nuevo en esta comedia en la que Ned Fleming, un conservador, cariñoso y sobreprotector padre, que tiene un negocio de imprenta que no le va muy bien, rivaliza por el cariño de su hija con el novio.
Con el resto de la familia, compuesta por Barb su esposa y su hijo adolescente Scotty, viaja a California donde visita a su hija Stephanie y allí conocerá a su peor pesadilla, el novio, Laird Mayhew, un joven emprendedor multimillonario de Silicon Valley, un buen tipo que no se comporta nada bien socialmente, con quien luchará por el afecto de la joven universitaria.
El mayor problema de Ned es que no se maneja bien en el mundo de la alta tecnología en el que se mueve el pretendido futuro marido de su hija.
El guion se basa en la sitcom de la televisión inglesa 'Cuckoo' que va ya por la quinta temporada en torno al divertido enfrentamiento entre ambos con extravagantes ideas del novio cuyo vocabulario es más bien atrevido de corte sexual, cuando no es procaz, escabroso y soez, que utiliza de manera demasiado frecuente e innecesaria de todo punto.
Del argumento forma parte Jonah Hill, un actor y guionista de algunas de las nuevas comedias norteamericanas subidas de tono con tacos y palabrotas y ésta está en esa línea sin lugar a duda.
Tiene algunos aciertos aislados en los gags pero en la mayoría de las veces no se les encuentra la gracia por ninguna parte y nada que ver con la elegancia y la gracia de la comedia clásica.
Posiblemente esta historia tratada de otra manera más fina y elegante y con una puesta en escena con más cabeza e inteligencia podía haber sido una buena comedia, pero estamos seguros de que no lo ha conseguido en absoluto.
Posee un burdo guion en el que se enlaza unos pretendidos gags que quieren ser divertidos pero que terminan siendo generalmente debidos a situaciones escatológicas la mayoría de las veces.
Un film alargado que se rellena con una copia de las peleas entre Cato y el inspector Clouseau en 'La pantera rosa' (1963).
El apartado interpretativo se reduce al combate entre un serio Bryan Cranston, muy activo últimamente, y el políticamente incorrecto, James Franco, en un papel pasado de rosca de descerebrado total. El contrapunto lo pone el encanto de Zoey Deutch en el papel de Stéphanie.
De un director como John Hamburg que escribió el guion de 'Zoolander (Un descerebrado de moda)' (2001) y 'Zoolander 2' (2016), entre otros, qué se podía esperar sino una comedia tan desmadrada como ésta.
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