|
CRITICA
Por: PACO CASADO
En 1933 Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack rodaron 'King Kong' y crearon la figura emblemática del gran gorila en lo alto del Empire State Building como uno de los iconos del cine de Hollywood creado por Edward Wallace, que dio lugar a todo un género con otros monstruos gigantes similares como 'Godzilla'.
Desde entonces han sido varias las versiones que se han hecho sobre este monstruo cinematográfico que finalmente demuestra buenos sentimientos hacia la figura femenina de la mujer.
Cada generación de espectadores ha tenido ocasión de conocer a Kong, ahí están las versiones de 1975 de John Guillermin o la de Peter Jackson en 2005, como más destacas, y ahora 'Kong: La isla Calavera' (2017) aunque en esta ocasión no es un remake sino una nueva forma de interpretar el mito.
Esta vez es Bill Randa, el hijo de Carl Denham, el que se convierte en protagonista de la historia al hacer un nuevo e importante descubrimiento que le lleva a donde su padre comenzó su gran aventura: Skull Island.
Allí, el investigador lucha por encontrar las respuestas que aclararán el misterio del siglo e, incluso, del milagro más increíble de la historia de la humanidad.
Este grupo, compuesto por el explorador James Conrad, unos científicos, soldados comandados por el teniente coronel Preston Packard y Mason Weaver una fotógrafo, llega a esa isla que no aparece en los mapas y al adentrarse en esta bella y traicionera tierra, encontrarán algo sorprendente al invadir los dominios del mítico Kong, rey de la isla y tomado por un dios por los habitantes del lugar.
Un tal Hank Marlow, que se quedó atrapado allí desde la Segunda Guerra Mundial, les guiará y enseñará los secretos de la Isla Calavera y a luchar contra sus monstruos prehistóricos que parecen surgidos de las páginas de 'El mundo perdido' (1912), de Arthur Conan Doyle.
Esta nueva entrega del gran gorila, está ambientada esta vez en 1973, en el momento en que los Estados Unidos acaban de abandonar la guerra de Vietnam, e imagina los orígenes de uno de los mayores mitos del séptimo arte con un grupo que se adentran en esa tierra inexplorada del Pacífico Sur, la Isla Calavera, que ha sido descubierta por satélite, para ser los primeros en explorar sus recursos naturales y de paso encuentran el hogar de un gorila gigantesco.
Es entretenida, tiene unos estupendos efectos especiales y paisajes selváticos exóticos de una gran belleza resaltados la notable fotografía de Larry Fong.
Su ligero guion tiene más acción que ecología al lanzar el mensaje de que deben prevalecer las especies, así como algo del 'King Kong' (1933) original pero sin el romance con la chica.
Parece más una película del género bélico con militares que quieren acabar con un gran mono en venganza por haber derribado sus helicópteros, que una producción de aventuras de las que se prodigaban en otras épocas del cine americano con algunos elementos de humor para relajar un poco la tensión.
No hay intriga con respecto a King Kong, ya que éste aparece en las primera imágenes y además hay más criaturas prehistóricas monstruosas con la que con frecuencia se enfrenta para imponer la ley y la paz en sus dominios.
El director, Jordan Vogt-Roberts, natural de Detroit, debutó en el largometraje con la producción independiente 'The kings of summer (Los reyes del verano)' (2013), que cautivó a la crítica, y ahora hace este blockbuster con un abultado presupuesto de 185 millones de dólares, su segundo título para la pantalla, tras haber realizado varios cortos, series y tv movies, en el que explora el cine de aventuras con aires de serie B de los años 60 en el que resucita al mayor simio del cine en una aventura épica y divertida, con una labor tras la cámara ingeniosa, entusiasta y necesaria al tener un débil guion.
El carismático reparto de buenos actores se esfuerzan en darle carne y entidad a sus personajes en su lucha contra los espectaculares monstruos que son las verdaderas estrellas de esta historia
Un film que entretiene, que no pretende más que recuperar el género, filmado de manera notable, con secuencias muy logradas, que entre sus imágenes hace un homenaje a 'Apocalipsis Now' (1979) de Francis Ford Coppola, 'El mundo perdido' (1912), de Conan Doyle y a 'El corazón de las tinieblas' (1899), de Joseph Conrad, en el personaje de Marlow, con el espíritu aventurero del siglo XX, en una producción con escenas de acción bien resueltas, aunque la lucha última de Kong resulte un poco alargada.
Finalmente hay que apuntar que al quedar Kong con vida tras los créditos finales se apunta lo que será su nueva aventura.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
CÓMO SE HIZO
PREMIERE