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CRITICA
Por: PACO CASADO
Entre los muchos remakes que se han hecho sobre los clásicos, figura este film realizado con más medios que el de 1933 de Ernest B. Schoesdack y Merian C. Cooper, al que siguieron las inevitables secuelas, que ya no tuvieron el éxito del primero.
En ambos caso se eligió la historia que salió de la portentosa imaginación de Edward Wallace sobre el tradicional relato de la bella y la bestia.
En esta ocasión el productor Dino de Laurentiis se propuso resucitar a este mítico gorila de enormes proporciones en el que invirtió 24 millones de dólares de aquella época, pero consiguió a cambio el Oscar a los mejores efectos visuales para su creador, Carlo Rimbaldi.
El estupendo guion de Lorenzo Semple jr. afianza dos partes de la cinta que en el original quedaron más oscuras, como son los precedentes de la historia y el traslado de King Kong desde su isla nativa hasta la de Manhattan.
Llama la atención la escena de la destrucción de un tren o la mítica subida final al rascacielos.
La música de John Barry, sentimental y romántica, pero también enérgica, da un apoyo más a la película, bien dirigida por el artesanal John Guillermin, acostumbrado a los films espectaculares como 'El coloso en llamas' (1974).
Jessica Lange ganó el Globo de oro .
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