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CRITICA
Por: PACO CASADO
Hay directores que hacen su ópera prima y después, por diversas circunstancias, sus siguientes obras se distancian en el tiempo, como le ha ocurrido a Iñaki Dorronsoro que tras debutar con 'El ojo del fotógrafo' (1993) tardó trece años hasta la siguiente 'La distancia' (2006) y otros diez en volver a la realización cinematográfica con 'Plan de fuga' (2016) sin que en esos intervalos de tiempo sepamos qué ha estado haciendo ya que tan sólo ha aparecido en dos capítulos de series de televisión sobre su figura.
En su vuelta se apunta al género que está de moda en España en estos momentos como son las películas policíacas en las que la tensión y la acción están a la orden del día, con unos personajes que se enfrentan a sus propios dilemas morales.
Víctor, un personaje frío, calculador, un atracador profesional, experto en perforar cualquier cosa que se le ponga por delante, por más gruesa y complicada que sea, se introduce en una peligrosa banda de delincuentes compuesta en su totalidad por exmilitares de Europa del Este.
Un grupo cerrado que, ante la muerte de uno de los suyos, se ve obligado a reclutar a un nuevo miembro. El plan a realizar es robar en el banco Suizo. El trabajo de nuestro protagonista es perforar la cámara acorazada, uno de los más peligrosos de su carrera delictiva, una tarea que se complicará aún más ante la implacable persecución de un obsesivo policía, en el que el plan de fuga es poco menos que imposible.
Todo transcurre en una ciudad cualquiera, lo que no importa, siempre que se adecue a las normas del género aunque en este caso se actualiza con bandas compuestas por exmilitares de países del Este que son los más lanzados para llevar a cabo esos delitos.
En este caso unos mafiosos rusos cuyo jefe está muy bien considerado socialmente, introducido en grandes empresas, pero con el doble papel delicuencial, como también le ocurre al protagonista, todo un experto en hacer butrones, un hombre reservado, callado, solitario, que rechaza cualquier contacto femenino por miedo no al sexo sino a una relación que le perturbe y perjudique en su trabajo, que tan sólo tiene una debilidad, la amistad de un amigo un poco drogadicto, algo yonqui, al que se propone salvar de ir a la cárcel, que en su momento le ayudará a terminar su mejor trabajo.
Dentro de que es un thriller sobre policías y ladrones, como se decía antes, es la historia de una gran amistad, que tiene un guion que mantiene el interés durante todo el tiempo, poniendo emoción en cada uno de los robos que se llevan a cabo por el suspense de saber cómo acabarán por salir de la ratonera que supone cada uno de esos trabajos delictivos.
No obstante el guion deja algunos cabos sueltos y situaciones que no acaba de explicar o de aclarar, lo que no afecta grandemente al interés de la trama en todo momento.
El film parece gozar de un buen presupuesto para la recreación de escenarios y sobre todo un notable reparto en el que un actor importante como es Luis Tosar tiene un papel secundario, repartiéndose la parte del león un Alain Hernández poco conocido que está muy bien y un extraordinario, cada vez mejor, Javier Gutiérrez.
Únicamente una pega sobre los diálogos que, aunque están bien escritos, muchos de ellos se pronuncian casi susurrados y no se aprecian adecuadamente.
Un thriller lleno de sorpresas, de acción y de giros, dirigido por el alavés Iñaki Dorronsoro, director de 'La distancia' (2006), que no fue bien en taquilla, pero era fantástica, de lo mejor del cine negro español en muchos años. Aquí cumple bien su trabajo en la puesta en escena en esta cinta sobre la amistad y la fidelidad que se apunta al subgénero de atracos.
Posee una banda sonora muy jazzística de Paul Gaigne que le va muy bien al tema.
Biznaga de plata a la mejor música Festival de Málaga.
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