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CRITICA
Por: PACO CASADO
A pesar de la saturación de películas de superhéroes que tenemos ya, el cine americano sigue insistiendo en ellas y así surge la segunda parte de 'Guardianes de la Galaxia' (2014), que dirigió James Gunn y que ahora se vuelve a hacer cargo de esta continuación de sus aventuras con la incorporación de algunos nuevos personajes que enriquecen la acción.
Tras desembarcar en la gran pantalla en 2014, los personajes de Marvel vuelven con esta segunda entrega en la que siguen con el viaje en su travesía por el espacio donde tendrán que esquivar multitud de peligros, persecuciones espaciales y explosiones e intentarán resolver la identidad del padre de Peter Quill.
James Gunn, que ha escrito y dirigido las dos partes de la saga, ha confirmado ya que también estará al frente de la tercera entrega.
El singular héroe Peter Quill, también conocido como Star-Lord, vuelve a embarcarse en este nuevo viaje intergaláctico en el que le acompaña su excéntrico equipo formado por Gamorra, Drax, Rocket y Baby Groot, que trabajan como mercenarios, además tienen enfrente las nuevas incorporaciones de Ego, Mantis, Yondu y Nébula.
Juntos los Guardianes tendrán que luchar duramente, a la vez que intentarán desentrañar los misterios que rodean el pasado de Star-Lord.
Con un gran presupuesto de 200 millones de dólares, propio de un blockbuster, parece que James Gunn se lo toma en serio para que vuelva a tener el éxito de la primera o superarlo, con mucho sentido del humor, con luchas espectaculares que la hacen más divertida y gracias a los efectos especiales parece distinta a otras de su género.
Consigue como la primera, entretener y divertir a base del gran sentido del humor que se establece entre todos los personajes.
A lo largo de la historia se reivindican algunas series de televisión como 'Chers' o 'El coche fantástico', que cree Quill que el protagonista, David Hasselhoff, es su padre, al tiempo que es muy de los años ochenta, no sólo por las citas de las series sino también por las conocidas canciones clásicas que se incluyen a lo largo de la banda sonora, con un espíritu lúdico festivo como es habitual en los personajes que comportan el universo Marvel.
Hay mucha imaginación a la hora de crear los espectaculares decorados en los que se desarrolla la acción que contribuyen a la fantasía de esta historia, en la que hay que admitir el convencionalismo de personajes como Rocket y Baby Groot, un mapache y un tronquito de árbol, respectivamente.
No hace falta haber visto la primera, ya que se puede disfrutar independientemente.
Es posiblemente más ambiciosa, espectacular y llamativa visualmente, con una trama que tiene el acierto de la construcción de los personajes y de profundizar en sus personalidades.
El equipo de mercenarios interestelares afronta un problema doble ya que la nave ha sufrido una gran avería y está varada en el planeta Ego, cuya situación se complica con la aparición del verdadero padre del protagonista, un ser de naturaleza misteriosa que posee grandes poderes.
Tiene un liviano argumento, pero el carisma de sus personajes le allanan el camino con un final espectacular, conjugando acción y emoción donde todos tiene su momento, lo que hace que sus locuras diviertan al espectador.
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