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CRITICA
Por: PACO CASADO
Oliver, un joven director de cine asentado en Los Angeles, descubre una noche en una web erótica que la protagonista de uno de los explícitos vídeos es Aurora, su hermana pequeña. Sorprendido y confuso, decide visitarla poco después y viaja a Madrid, tras varios años sin ir a ver a su familia cuya relación tiene algo abandonada, pero desea saber qué hace ese tipo de grabaciones de ella en internet.
Comienza así una búsqueda obsesiva de respuestas, un viaje íntimo hacia la turbación y la verdad de la imagen, una historia de dominación y manipulación sobre los límites de la moral y la pérdida de la inocencia vital y audiovisual.
En el proceso por averiguarlo Oliver acabará fascinado por ella en un viaje íntimo hacia los límites de la moral.
Tercer largometraje coescrito, producido y dirigido por el cineasta donostiarra Pedro Aguilera, autor de 'La influencia' (2007) y 'Naufragio' (2010).
Este drama, con pinceladas de thriller, sigue la búsqueda de respuestas entre él y su hermana, que habla de la invasión a la intimidad, la pérdida de la pureza, de la inocencia en un mundo donde las imágenes lo muestran todo.
Pero son manipulables en una lectura cada vez más ambigua, en torno a un mundo contaminado con demasiadas imágenes entre las que es difícil distinguir lo que es real de lo que es ficción.
Aguilera crea un incestuoso juego de seducción que explora el voyeurismo, la pérdida de la inocencia, la moralidad y el poder de la imagen.
A la hora de contar esta historia, que se inicia mejor que continua, trata de encontrar un equilibrio entre el drama oscuro y el cuento moral que no acaba de ser ninguno de estos dos aspectos, con un final equívoco, que tiene algo de fuerza pero acaba siendo frívolo y no acaba de satisfacer.
Bien Ivana Baquero, que ya no es la niña de 'El laberinto del fauno', y menos convincente Julio Perillán que da más el tipo que otra cosa.
La perversión se concentra en esta historia que pasa de una pared donde se proyecta el mundo de la protagonista a la retina de los espectadores quienes traspasan esa pared, convertida en una pantalla de cine, para meternos en la realidad de la joven Aurora, que se siente atraída por esa grabación y llega a completar su fantasía en un juego entre su hermano Oliver al que cree conocer.
Pero sólo tiene recuerdos de la infancia y es ahora un hombre el que está ahora frente a ella que la conduce por caminos difíciles de explorar, por el que siente una atracción que le fascina, que la lleva al caos y a la pérdida de la inocencia, sin demasiados referentes morales a los que agarrarse.
Un relato de seducción y obsesión que no termina de cumplirse del todo, incómodo de ver, muy voyeur y algo erótico, que se podría interpretar como una denuncia de las insospechadas cotas que alcanza hoy día la pornografía cuyos casos podemos leer a diario en los periódicos.
Se pasó en el Festival de Roterdam. Premio mejor actriz, Ivana Baquero, mejor actor Julio Perillán y Biznaga de plata de Escuelas de cine a la mejor película en la sección Zonacine en el Festival de Málaga.
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