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CRITICA
Por: PACO CASADO
Gracias al cine independiente y a productoras innovadoras como Tribeca, la comedia americana parece renovarse en algunos aspectos.
Se atreve con actores poco conocidos, directores debutantes y situaciones nuevas.
Un buen ejemplo puede ser 'Mi desconocido amigo' (1996) donde se dan muchas de esas características.
De la unión del escritor Jason Katims y del director de cortos Matt Reeves surgió el fresco guion de esta película en el que reflejan esas mil situaciones que se dan con frecuencia en la vida, donde se mezcla la risa con la tragedia, la vida con la muerte.
Todos estos problemas, tristes y divertidos a un tiempo, se dan en el personaje central, Tom Thompson, un joven que acaba de terminar sus estudios de arquitectura pero no encuentra ni trabajo, ni novia y está deseando quitarse de encima a su posesiva madre.
Cuando da con la chica de sus sueños en una antigua compañera de clase, la llamada de una señora viuda, le pide que lleve el féretro de su hijo, que se ha suicidado y que lo deja como heredero, por ser su mejor amigo.
Ésta se siente sola y lo mete en una situación incómoda y comprometida que le puede hacer perder a su pretendida novia.
El guion mezcla bien esos momentos en que no se sabe qué hacer, tan veraces como la vida misma, con instantes cómicos y otros amargos que le dan frescura y realismo.
Drama y comedia se dan la mano a través de la complejidad emocional de los personajes en esta comedia negra, pero no trágica, del proceso de autodescubrimiento de un joven en un momento crítico de su vida.
La fortaleza del personaje central, bien interpretado por David Schwimmer, la naturalidad y el magnetismo que le da Gwyneth Paltrow a su encantador papel y la veteranía que aporta Barbara Hershey, liman las posibles asperezas que pudiera tener la inexperta dirección del debutante Matt Reeves, para hacer de esta cinta una original y agradable comedia.
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