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CRITICA
Por: JOSÉ MONTESINOS
Los mandamases de los Estudios todavía no se han dado cuenta de que al alargar innecesariamente las sagas lo único que consiguen es el hastío del público, como ya se ha demostrado con este presente largometraje y con otros en lo que llevamos de verano.
Intentan agotar la gallina de los huevos de oro y en su afán por recaudar más y más se olvidan de ofrecer al público una historia, precisamente de lo que adolece esta quinta entrega de una longeva saga que se inició hace diez años y de la que llevamos cinco entregas, todas ellas dirigidas por Michael Bay, quien ya ha dicho que esta es la última que él realiza. Por algo será.
En esta ocasión unos hechos acaecidos en la Edad Media tendrán mucho que ver en la nueva batalla que libraran los autobots y los decepticons en su lucha, estos últimos por destruir el planeta Tierra para salvar el suyo propio.
No queremos contarles mucho más de la historia que se encierran en las dos horas y media que dura este largometraje donde, precisamente de historia hay más bien poco, tan solo unos apuntes, una línea argumental bastante pobre para ir enlazando a los diversos personajes y poco más, porque todo lo demás es pura acción y destrucción.
Nos enfrentamos con este largometraje a dos horas y media de pura acción y la verdad sea dicha, para encontrarnos a la vez con una cinta hueca, sin argumento apenas, donde el espectador termina perdido en su argumento, de nimio interés, ya que en lo único que se fijan los realizadores es en que todas las secuencias de destrucción queden lo mejor posible.
Como se podrá comprobar, aquí no prima la historia, donde en esta ocasión se le da un toque tan infantiloide que la verdad no es comparable al resto de la saga, que ya en sus últimos capítulos había perdido bastante interés.
En esta ocasión el interés baja hasta lo más mínimo, ya que el espectador se queda absorbido por tanto despliegue técnico, aburriéndose llegado el momento del alargamiento innecesario de una película que, por ejemplo, con una hora menos de duración hubiese quedado mucho mejor.
A Michael Bay no se le puede reprochar desde luego que no sepa dar espectáculo visual, lo hace siempre a lo grande, pero claro esto no todo en una película a la que le falta chispa, garra, una estructuración de la historia y como no podía ser de otra forma, una historia convincente que aquí desde luego no la hay.
Mark Wahlberg vuelve a ser el héroe del film, seguido en esta ocasión por el veterano Anthony Hopkins, que le da mayor lustre al film aunque su personaje tampoco diga mucho y el resto de un reparto donde vuelven a la franquicia Josh Duhamel y John Turturro en un cameo.
La banda sonora compuesta por Steve Jablonsky nos suena a conocida, no aportando nada nuevo al espectro cinematográfico de la saga.
Lo sentimos mucho, sobre todo por los amantes de esta saga, pero debiera haber finalizado hace ya algunos capítulos ya que se han quedado sin ideas y eso se demuestra en que todo en el film es un amasijo de hierros de un lado para otro, haciendo perderse al espectador y como decíamos anteriormente, cansándose de todo.
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