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CRITICA
Por: PACO CASADO
En un bosque de la isla de La Gomera, aparece el cadáver de un hombre degollado, lo que incrimina de entrada a un político, el vicepresidente del Cabildo local, que es exonerado tras el juicio que se cerró por falta de pruebas.
Tres años más tarde, el sargento Rubén Bevilacqua y la cabo Virginia Chamorro, son enviados a la isla para reabrir el caso y volver a investigar, siempre con un trasfondo político y social, un asesinato aparentemente sencillo de resolver pero que oculta mucho más de lo que cabía pensar en un principio.
La cabo Ruth Anglada se une al grupo al ser ella la última persona que vio a la víctima con vida.
El teniente Nava está al mando del destacamento en la isla.
'La niebla y la doncella' supone el debut en la dirección de Andrés Koppel, guionista de títulos como 'Intacto' (2001), 'Noche de reyes' (2001) o más recientemente 'Zona hostil' (2017), que también se ha encargado en este caso de escribir el guion adaptando la novela de igual título, la tercera de un total de nueve del ganador del Premio Nadal y Premio Planeta, Lorenzo Silva, que se integra en la serie de thrillers que tiene como protagonistas a la pareja de estos dos investigadores, Bevilacqua y Chamorro.
Entre las novelas de Silva que se han llevado a la gran pantalla figura 'El alquimista impaciente' (2002), de Patricia Ferreira, perteneciente a esta serie, y fuera de ella esta también 'La flaqueza del bolchevique' (2003), de Manuel Martín Cuenca.
Así como el primer título citado estaba muy logrado, el segundo lo era en menor escala, pero supuso el debut y el descubrimiento de María Valverde, sin embargo éste nos parece el más flojo de los tres al tener un guion un tanto disperso, embrollado, poco aclaratorio de algunas acciones y relaciones entre los personajes de la trama, tan oscura como la niebla que la envuelve, lo que dificulta el seguimiento de la misma y por ende está pobremente narrado.
Si a esto le añadimos que en algunos momentos el sonido es deficiente y hace que no se oigan claramente algunos diálogos, resulta más complicado de seguir la historia y así el debut direccional del canario Koppel termina por ser poco afortunado, con una puesta en escena sin mucha imaginación, resuelta de forma mecánica.
En la interpretación la que está mejor es Verónica Echegui, aunque no le va mucho el personaje a su menuda figura, como le ocurre a Quim Gutiérrez al que estamos más acostumbrados a verle en comedias que como un tipo duro de acción. Más encajada está Aura Garrido, aunque su papel no está muy perfilado, pero lo hace con naturalidad.
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