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CRITICA
Por: PACO CASADO
No es la primera vez que el tamden Tom Cruise y Doug Liman trabajan juntos, ya que con anterioridad lo hicieron en 'Al filo del mañana' (2014) y al parecer no les fue mal, por lo que vuelven a unirse de nuevo en 'Barry Seal. El traficante' (2017), la historia real del personaje que da nombre al título, un piloto comercial de la TWA que un día, a finales de los años 70, es fichado por la CIA para que haga fotografías desde el aire de algunos países centroamericanos de puntos estratégicos de las guerrillas y que termina haciéndose multimillonario aprovechando sus vuelos para convertirse en correo para llevar armas para la Contra nicaragüense en su lucha contra los sandinistas o traer documentos secretos de la DEA y también los alijos de drogas del cártel de Medellín de Pablo Escobar y otros conocidos traficantes para introducir la droga a gran escala en los Estados Unidos.
Una de las mayores operaciones encubiertas de la CIA llevadas a cabo en la historia de los Estados Unidos, que terminó convirtiéndose en uno de los mayores escándalos de los tiempos modernos, del país en el que todo es posible, donde a cualquiera lo pueden encarcelar por el más mínimo delito, pero también es posible salir indemne cuando se trata de trabajar para el estado en esta clase de operaciones y convertir a un traficante en un héroe. A veces la realidad supera a la ficción.
El guionista Gary Spinelli investigó en la vida de Barry durante los años ochenta para escribir el guion de esta especie de biografía de la parte más arriesgada y aventurera, dándole un tono satírico e irónico, en la que constantemente ponía su existencia en peligro llevando una doble vida que en principio ocultaba a Lucy, su esposa, de la que estaba muy enamorado, y amante de su familia.
De esa manera resulta una muy entretenida película de aventuras, con acciones increíbles, escenas espectaculares y acción a raudales, en la que es fácil perdonar algunas incongruencias en beneficio de la diversión.
A Tom Cruise se le dan bien estos papeles de personaje fascinante, carismático, un tanto ingenuo pero valiente, embaucador y arriesgado cuando se trata de acometer cualquier asunto, aunque fuera ilegal, del que hace un trabajo lleno de frescura.
Y para ello la puesta en escena de Doug Liman, director que se hizo conocido con títulos como 'El caso Bourne' o 'Sr. y Sra Smith' es ideal para estos casos llevando la trama a buen ritmo, con una narrativa fluida, con una cuidada planificación, ágil montaje, una brillante fotografía de Cesar Charlone, sin que en ningún momento haya una pausa para el aburrimiento, a pesar de su largo metraje.
Los componentes de este dúo se superan a sí mismo logrando el actor un notable trabajo y el director uno de los mejores productos de su filmografía con esta sátira política norteamericana ocurrida en unos años en los que era posible esta clase de historias, hoy día sería mucho más difícil que sucedieran.
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