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CRITICA
Por: PACO CASADO
Historias de perros han sido muchas las que se han llevado al cine y algunos de ellos llegaron a hacerse famoso como Rin Tin Tin, Lassie o los de dibujos animados de 'La dama y el vagabundo' (1955) o '101 dálmatas' (1961), por ejemplo, por no alargar más la lista.
Este es el conmovedor y sorprendente relato de Bailey, un perro fiel y afortunado, que tendrá la oportunidad de vivir varias vidas perrunas distintas mediante sus reencarnaciones sucesivas a través de los años y descubrir así el motivo de su existencia al lado de los seres humanos.
Comedia dramática basada en la novela superventas de W. Bruce Cameron, publicada en 2010, que es una carta de amor hacia esos animales y una crítica a las personas debido al mal trato que a veces les dan, cuyo guion ha sido confeccionado por el propio autor en compañía de su esposa Cathryn Michon, además de Audrey Wells, Maya Forbes y Wallace Wolodarsky.
Para tantos nombres suponemos que se habrá ocupado cada uno de una de las historias que componen el argumento que trata de averiguar cuál es el sentido de la vida de un perro y sus circunstancias.
El guion lo constituyen esas historias independientes siendo las más interesantes la primera, que es la más larga, y la última, que están interrelacionadas; las demás son más breves y resultan un puro relleno para alargar el metraje standard.
Lo que se nos cuenta es la aventura de Baily, Ellie, Buddy y Tino que son los nombres que adopta en las reencarnaciones que lleva a cabo el protagonista en sus sucesivas vidas.
Para contar estos relatos se utiliza la misma técnica que ya se empleó en 'Mira quien habla' (1989), la voz en off, con los pensamientos del protagonista pero en lugar de un bebé aquí es un canino y está narrada desde el punto de vista del perro que comenta lo que le va pasando a él y a sus dueños, entrometiéndose en sus vidas, unas veces para unirlos y otras para cometer alguna que otra tropelía con la que hace reír a la audiencia, aunque también hay instantes dramáticos.
La cámara tiene momentos con planos subjetivos de la mirada del can protagonista, que se plantea cuál es el propósito de la vida de un perro, esos animales tan fieles, cariñosos y leales, a los que tenemos que tomarles cariño por ello.
El título del film es perfecto para definir a un protagonista tan noble como es un perro que en este cuento más de una vez nos preguntamos a donde van ellos cuando se mueren.
La puesta en escena corre a cargo del sueco Lasse Hallström, uno de los mejores directores europeos, que tiene buenos títulos en su filmografía como 'Las normas de la casa de la sidra' (1999) o 'Chocolat' (2000) que en los últimos tiempo ha ido perdiendo altura en su cine e interés en algunas de sus producciones.
Con referencia al tema de este nuevo largometraje, hizo en su momento 'Mi vida como un perro' (1985) y más reciente 'Siempre a tu lado' (2009) con lo que se completa su trilogía canina.
Tiene imágenes cargadas de fuerza, con una banda sonora atractiva y una mirada tierna de los perros a sus dueños, que transmiten ternura y emoción. Sin duda gustará a los amantes de estas mascotas, aunque cinematográficamente no ofrezca ninguna novedad.
En definitiva, se trata de un drama existencial con algunos puntos de interés que se deja ver, con unas historias ternuristas sobre el mundo de estos animales.
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