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CRITICA
Por: PACO CASADO
Las mujeres se quedan en las granjas para cuidarlas mientras los hombres van a luchar durante la Gran Guerra.
Xavier Beauvois, director de 'De dioses y hombres' (2010), se sitúa en la Primera Guerra Mundial para contarnos los horrores del conflicto bélico que llegan a una pequeña aldea rural lejos del frente de combate.
Mientras los hombres están en el campo de batalla, luchando en las trincheras tratando de conservar sus vidas, las mujeres permanecen en el hogar cuidando de los animales y de la granja, haciendo las labores del campo en ausencia de sus maridos, de sus hijos y defendiendo las tierras.
Hortense Sandrail, una madre de familia trabajadora sin límites, es la matriarca de la granja de los Paridier, que sobrecargada por el trabajo, con su hija Solange, acoge la ayuda de Francine, una joven huérfana, una chica de la asistencia pública, para colaborar en las labores del hogar y del campo, ya que su hija se niega a hacerlo.
La contratación en principio es de forma temporal durante la cosecha, pero dada la buena labor que lleva a cabo termina prolongándole el contrato por un año y convirtiéndose en una más de la familia, ya que las dos mujeres se llevan muy bien desde el primer momento que entran en contacto.
Cuando los hombres de la familia, Georges, Clovis y Constant, vienen de permiso de la guerra, las emociones se agitan y el amor florece, pero también vendrán las penas que ocasiona el maldito conflicto bélico.
Un amor que llega en un momento inadecuado, debido a las distancias y las trabas, cuando no con la desgracia de caer en la trinchera dejando atrás a una viuda más o los malentendidos de escenas contempladas con malas intenciones que rompen una pareja debido a los comentarios maledicentes que corren por el pueblo que dañan el honor de la familia y no se rectifica el error.
Desconocemos la novela de Ernest Pérochon, publicada en 1924, en la que se basa el guion que han llevado a cabo Xavier Beauvois, Marie-Julie Maille y Frédérique Moreau, que han sabido captar muy bien ese tiempo a lo largo de varios años desde 1915 en que transcurre la historia.
A lo largo de la trama vamos viendo el discurrir de las estaciones y las labores que esas mujeres incansables hacen de la tarea en los campos, arando, sembrando y recogiendo el fruto de su trabajo, sin la ayuda de los hombres.
En este sentido es de destacar la labor de las esforzadas actrices, que hacen un retrato de esas mujeres poderosas, comenzando por la sólida interpretación de la veteranía de Nathalie Baye y siguiendo por Iris Bry que con éste su debut en el cine carga con el peso del film en el personaje de Francine, actriz que ha resultado ser la revelación del año, demostrando una gran sensibilidad, sin olvidar a Laura Smet en el papel de Solange, mientras que los actores quedan en un complementario segundo plano.
Después de hacer más de cuarenta películas como actor Xavier Beauvois decidió pasarse a la dirección donde lleva hechos algunos títulos como 'No olvides que vas a morir' (1995), 'De dioses y hombres' (2010), El precio de la fama' (2014), siendo 'Las guardianas' (2017) el número siete de sus largometraje que lleva a cabo de una forma lineal, con una buena puesta en escena, a tono con la grandeza del tema de esta especie de novela río ambientada en la Primera Guerra Mundial, con el ritmo que requiere la historia.
A pesar de su extensión no se hace larga en ningún momento, con la única pega que se nos antoja de dejar inconcluso el relato, que no sabemos si es el mismo que el de la novela.
Es una cinta con una narrativa clásica, novelesca, que a la manera de un libro visual va desplegando sus cuidadas imágenes impresionistas en las que luce la fotografía de Caroline Champetier, habitual en las cinta de Xavier Beauvois, de factura impecable, adornada con la música de Michel Legrand, un compositor del que hacía tiempo que no veíamos en los créditos últimamente.
En definitiva una hermosa película con un gran valor estético.
Tras pasar por el Festival de Toronto donde tuvo su estreno mundial y el de Londres donde se produjo el estreno europeo, se incluyó también en la sección oficial a concurso en el Festival de cine europeo de Sevilla.
Nominada a cuatro César: Guion adaptado, fotografía, vestuario y la actriz Iris Bry. Nominada a los premios Lumiere la fotografía y Iris Bry. Nominada a los Premios Louis Delluc como mejor film.
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