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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras haber transcurrido seis meses desde el secuestro, la violación y asesinato de Angela Hayes, su madre, Mildred Hayes, contrata tres vallas publicitarias en una carretera secundaria que hay en las afueras del pueblo de Ebbing, en Missouri, para denunciar la pasividad y el abandono de la policía local en la investigación del caso, sin que a pesar de haber pasado todo ese tiempo no hayan encontrado aún al culpable.
En ellas se señala al comisario William Willougby es defendido por su segundo de abordo, Jason Dixon, un hombre racista y tendente a la violencia, que se dedica a perseguir a los negros, frente a la ecuanimidad que muestra su jefe a la hora de afrontar el problema.
Es la manera muy particular que tiene Mildred de pedir justicia, lo que hace que llegue a la televisión y de esa forma el mensaje se multiplica poderosamente, lo que provoca un auténtico terremoto en el pueblo.
Pero por otra parte no todo el mundo está de acuerdo con esa actitud para reclamar su derecho, entre otros el pastor, el dentista del lugar o Charlie, su ex marido, que ahora tiene como novia una jovencita de 19 años.
El director, guionista y autor teatral británico Martin McDonagh, nominado al Oscar por 'Escondidos en Brujas' (2008), film de su debut al que siguió "Siete psicópatas" (2012), hace con éste su tercer largometraje, lleno de violencia y ternura en el que adentra al espectador en este drama con tintes policíacos.
En él nos muestra la fuerza de una madre de cincuenta años, de clase trabajadora, a la hora de defender sus derechos, un personaje memorable, en una cinta amarga con una magnífica Frances McDormand en el papel de esta mujer fuerte y decidida a todo, ante el dolor que siente tras haber perdido a su hija a manos de un asesino que aún no ha purgado su crimen.
Ella simplemente pide respuestas sobre lo ocurrido y reclama responsabilidades por la fracasada investigación increpando a la policía, entretenida en hostigar a los afroamericanos, para que dé con el violador asesino, pero ante ello se tiene que enfrentar a la presión que ésta ejerce sobre ella y la incomprensión de la América profunda.
En el realista, estupendo y bien construido guion, ideal para cualquier actor, nunca se da una pista acerca de qué va a pasar a continuación de cada escena, en el que se dan giros constantemente, sin que haya buenos, ni malos, ya que tampoco los distintos personajes reaccionan como cabría esperar de la actitud que cada uno toma ante el problema en cuestión, ni son todos políticamente correctos.
La película también habla sobre la ira, el dolor, la tristeza, la tolerancia, los juicios morales, la desesperanza, la injusticia, el perdón y la condición humana en una sólida trama que no cae en lo previsible en ningún momento.
Los papeles están notablemente escritos y muy bien interpretados, no solo por parte de una estupenda Frances McDormand o el no menos notable Sam Rockwell, que han sido los premiados, sino también por un maduro y sereno Woody Harrelson que está mejor cuando hace tipos dramáticos, como en este caso que está espléndido cuyo personaje, un sheriff humano y honesto, también lleva por dentro su propio drama.
A pesar de las casi dos horas de duración este trágico drama, corrosivo y ácido es tan ameno e interesante, que se hace corto.
Cuatro Globos de Oro: mejor drama, guion, Frances McDormand y Sam Rockwell. Premio AFI a la mejor película del año. Premio Capri a Frances McDormand, Sam Rockwell y Guion. Premio del público en los Festivales de Denver, San Sebastián, Toronto y Leeds. Premio Hollywood a Sam Rockwell. Premio IGN a Frances McDormand. Premio Spotlight a Sam Rockwell en el Festival de Palm Springs. Osella de oro al guion en Venecia.
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