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CRITICA
Por: PACO CASADO
Si repasamos la filmografía de Fernando Colomo, como director, observamos una cierta querencia por la comedia, género en el que ha desarrollado buena parte de sus películas, lo que no quiere decir que haya dejado de lado otros, como el policiaco o la ciencia ficción.
Pero lo que mejor le sale es la comedia, unas veces más divertidas que otras y casi siempre con algunos aspectos dramáticos.
A pesar de ello, para nuestro gusto siempre le suele faltar un puntito para redondearlas.
Aquí se puede volver a citar, una vez más, aquella frase de Fernán Caballero que decía que "la novela no se inventa, se copia de la realidad".
Colomo copió esta historia de Ana, la chica que le ayudó en Londres con la sonorización de 'Alegre ma non troppo' (1994).
La noveló debidamente, le añadió algunos personajes y situaciones inventadas, ultimando con Joaquín Oristrel el guion, listo para rodar.
Luis va acompañado de Noelia, su madre, a Londres para hacer un Master de Economía y ésta le dice a su hermana Olivia que lo despabile.
Pero ella, que atraviesa una crisis en su matrimonio, se enamora de su sobrino.
Este film completa la trilogía que Fernando Colomo ha hecho a lo largo de su filmografía sobre su generación, iniciada con 'Tigres de papel' (1977), continuada con 'La vida alegre' (1987) y cerrada de momento aquí.
Los personajes han evolucionado o no son los mismos, pero a través de unos o de otros llegan a constituir esta sociedad que tan sólo se mueve en pos del dinero y mediante la corrupción.
Se han perdido los ideales de las décadas de los años 60/70.
La cinta está realizada con aparente naturalidad, como suele ser norma en Colomo desde su ópera prima 'Tigres de papel' (1977), con un guion a veces previsible, que otorga protagonismo a cada uno de los personajes en un determinado momento del relato para que nos dé su visión de parte de los hechos, lo que resulta en cierto modo original.
Sabe mezclar las escenas dramáticas con las cómicas sin perder el tono y sacando de ellas el humor que posean, aunque sea en los momentos más terribles.
Los actores están muy bien encajados en cada uno de los personajes, destacando la naturalidad de María Barranco, la facilidad de cambio de Coque Malla, los registros cómicos de Rosa María Sardá o la estupenda aportación de los dos actores ingleses que completan el quinteto fundamental de esta divertida historia.
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