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CRITICA
Por: PACO CASADO
A veces no nos explicamos cómo una película que tan únicamente tuvo un éxito popular, convertida en comedia de culto, lo que no significa que sea un logro artístico como todos sabemos, pero no consiguió un reflejo absoluto en la taquilla, provoca que haya una segunda parte o secuela con los mismos personajes de nuevo en acción defendiendo la ley y el orden.
Es la secuela de 'Super maderos' estrenada en 2001 sobre un grupo de policías abandonados a situaciones delirantes.
Cuando surge un problema fronterizo internacional entre Estados Unidos y Canadá, los super maderos Mac, Thorny, Foster, Rabbit y Farva, tras haber sido despedidos, son llamados de nuevo para establecer un puesto de patrulla de carreteras en Vermont, la zona en litigio, cuya frontera ha sido diseñada de forma incorrecta, y una franja de Quebec resulta ser americana, lo que les lleva a tener enfrentamientos con tres de los componentes de la Policía Montada canadiense del otro lado de la frontera, y cuando no, se pelean entre ellos mismos, asustan a los conductores con sus multas, en lo que emplean y pierden su tiempo, todo menos trabajar.
El problema no es otro que un error en la delineación de la frontera lo que hace que una parte del territorio canadiense resulte ser norteamericano, con lo que los habitantes de aquella zona no están de acuerdo y eso también les acarreará problemas a los super maderos americanos a los que les encantan las bromas pesadas.
La suerte les depara encontrar un contrabando de armas y móviles así como un alijo de píldoras, posible de ser droga, que prueban en ellos mismos con las consiguientes consecuencias imprevistas.
La desatada guerra abierta entre los dos grupos de policías, donde cualquier tipo de broma pesada y boicot está permitido, promete un humor absurdo y políticamente incorrecto, que no acaba de llegar, explotando estereotipos regionales de yankees y canadienses que dan lugar a momentos embarazosos.
El guion no es más que una serie de situaciones en las que se ven metidos los protagonistas que se pretende que tengan gracia, pero que no hacen mover los músculos faciales para obtener ni una leve sonrisa, con escenas a veces bastante groseras y escatológicas como viene siendo habitual en los últimos tiempos en la comedia actual norteamericana.
La dirección corre a cargo de Jay Chandrasekhar, responsable de films como 'Club Desmadre' (2004), 'Dos chalados y muchas curvas' (2005) y ahora, tras más de tres lustros dedicados a realizar series de televisión, regresa de nuevo al cine con la secuela de la que fue su segundo título 'Super maderos' (2001) cuyos resultados pueden ustedes consultar leyendo sus críticas y así obtener por su cuenta cual es el nivel de su trabajo en ellas que es el mismo que ejerce en esta comedia que comentamos.
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