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CRITICA
Por: PACO CASADO
Jeanne tiene 23 años, es una chica joven, que regresa a casa de su padre tras romper una relación con Mateo, su novio, dejando el piso en plena noche y al volver descubre sorprendida que Gilles, su padre, profesor de filosofía, está viviendo con Ariane, una de sus estudiantes universitarias que tiene la misma edad que ella, que desea vivir nuevas experiencias; las dos mujeres llegan a congeniar y se llevan bien, surgiendo entre ambas un vínculo y una bonita historia de amistad contándose confidencias muy personales al ser de la misma generación y ayudándose mutuamente a afrontar las nuevas circunstancias que ambas están viviendo, una para paliar el trauma de su reciente separación, la otra para ocultar sus escapadas sexuales.
Trata de una relación amorosa que comienza y otra que termina que se encuentran en este drama sentimental extraída por Garrel de su propia experiencia.
Su actual pareja, Caroline Deruas, colabora en el guion, en el que también lo hace por segunda vez Jean-Claude Carrière y su hija Esther Garrel es la protagonista.
Las películas de este director apenas se han visto en nuestro país, únicamente 'Un verano ardiente' (2011) y esta es la segunda en 25 años, las demás sólo fueron proyectadas en una retrospectiva de su filmografía en el Festival de cine de San Sebastián en 2007.
Garrel cuenta pequeñas historias, con frecuencia en CinemaScope y en blanco y negro, de relaciones humanas y sobre todo de amor o de la infidelidad y le basta poco más de una hora para narrar un fragmento de vida, no como está de moda en duraciones tan excesivamente largas.
Este film habla del amor, de los celos, del dolor de un amor perdido, no habla demasiado de teorías, sólo muestra soluciones.
Recuerda a las cintas morales de Eric Rohmer pero más romántica.
'Amante por un día' (2017) completa una trilogía sobre la inestabilidad de la pareja, los celos y las infidelidades formada por 'La Jalousie' (2013) que trataba sobre la neurosis femenina y 'La sombra de las mujeres' (2015) sobre la lívido de la mujer, y ésta sobre el inconsciente femenino, esas dos últimas inéditas en España, lo que no quita para que la que comentamos tenga su identidad propia, que una vez más toca las relaciones humanas y sobre todo sentimentales.
Aquí trata, de nuevo, sobre las relaciones amorosas, la fidelidad y el deseo.
Gilles es un hombre de unos 50 años, con experiencia, con una relación con una chica joven de la edad de su hija que ha vuelto al hogar.
La pregunta está en la reacción que se producirá entre ambas mujeres en la que la amante de su padre se convierte en su madrastra, y cómo el inconsciente de la hija la empuja a deshacerse de esta mujer que le quita el amor de su padre.
Esto, que puede parecer un drama de tomo y lomo, es llevado de forma tranquila, reposada, sin dramatismos, ni aspavientos, cuya narración transcurre con gran naturalidad y en la que la realización saca buenos momentos interpretativos de la relación entre las dos actrices, Esther Garrel, hija del director en la vida real, y la debutante Louis Cheviotte como la amante.
Los 76 minutos de metraje saben a poco pero bastan para ser una interesante película para los amantes de este tipo de cine.
Este director es uno de los más destacados del cine francés contemporáneo, que no se comprende sin la Nouvelle Vague, que no hace cine para el público sino por el placer de rodar.
Tiene 70 años, es hijo del actor Maurice Garrel. Empezó a escribir guiones muy joven. Con la cantante Nicol hizo siete películas entre ellas 'La cicatriz interior' (1972) hasta su muerte en 1988.
Su cine es marginal y minoritario, no le gusta el cine comercial y desprecia los premios, entre ellos los César.
Premio SACD en la Quincena de realizadores del Festival de Cannes para Philippe Garrel. Premio ICS al mejor film de la Sociedad internacional de Cinéfilos. Nominada al premio Lumiere al mejor director.
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