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CRITICA
Por: PACO CASADO
Para los amantes de la ciencia ficción y aventuras llega una nueva versión de 'Depredador' (1987), de John McTiernan, que supone un recuerdo para los que ya conocieron la versión de los años 80 y un refresco para las nuevas generaciones que deseen retomar la historia.
El terrorífico alienígena regresa a las salas en un relato que retrocede en el tiempo para hacer un remake de la famosa saga, en la que redefine el concepto de héroe y muestra a una criatura más poderosa todavía.
Esta vez los protagonistas son un grupo de soldados psicológicamente inestables, Casy Brackett una profesora de ciencias y Rory, un niño, quienes serán los que tendrán que derrotar al monstruo, salvar a la raza humana y evitar el fin del mundo.
Todos en el equipo, incluido la científica y el chico autista, con el mal de Asperger, son inadaptados, marginados, que no encajan en la sociedad.
Es interesante que este tipo de personas se enfrenten a las bestias encadenando muertos sin la menor tensión dramática y no los habituales héroes.
A la primera le sucedió una secuela con 'Depredador 2' (1990) y a continuación se hicieron varios decepcionantes híbridos como 'Alien vs. Predator' (2004) y su secuela 'Aliens vs. Predator 2' (2007) hasta llegar a 'Predators' (2010), que resultaron a cual peor.
En el primer capítulo se seguía la pista a un comando de mercenarios que intentaba liberar a un grupo de secuestrados por las guerrillas, que eran amenazados en el interior de la jungla por un violento asesino extraterrestre, de carácter invisible que de vez en cuando tomaba forma.
Como hemos apuntado antes la historia, que tuvo hasta cinco secuelas, ahora retoma de nuevo el primer capítulo para hacer una versión más actualizada y con un monstruo más poderoso, que en este caso no es solo uno, sino que además viene acompañado por sus perros extraterrestres.
El film que intenta hacer un homenaje a la primera, en realidad le hace un flaco favor, ya que con las variaciones que se le han introducido poco se le parece.
Aquí los mercenarios son sustituidos por soldados de dudosa conducta y catadura, esta vez metidos no en la jungla sino en la ciudad, como sucedía en la primera secuela, que a pesar de ser unos antihéroes, sin embargo se enfrentan al mal encarnado en este alienígena más grande, más fuerte y más letal.
No se trata de una secuela sino de un remake evolucionado en este caso para mal, ya que la primera era más divertida, más interesante, en la que el predator se veía poco, solo casi al final, mientras que esta nueva versión es totalmente pura acción y violencia, bastante gore en muchos de los casos.
Es un intento fallido de volver a iniciar la serie, con un guion inconexo que juega con el humor sin conseguirlo, con mucha acción, abundantes dosis de violencia y efectos especiales con elementos digitales que lucen mal, siendo más gore y violenta y con una trama inexistente a la que se le añade ahora un poco de humor y un aspecto más sanguinario y sexual.
Shane Black que hacía de actor secundario en la primera entrega, que desaparecía muy pronto siendo la primera víctima del monstruo, es ahora su director, que también ejerce de coguionista con su amigo Fred Dekker, tras haber dirigido 'Kiss Kiss, Bang Bang' (2005), 'Iron Man 3' (2013) y 'Dos buenos tipos' (2016), productos anteriores que eran mejor que éste.
Para este viaje no se necesitaban alforjas, ya que como ocurre siempre, no se mejora el original, a pesar de tener más medios y como es habitual el final queda abierto para la secuela.
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