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CRITICA
Por: PACO CASADO
'Ruben Brandt, coleccionista'(2018), es una producción de dibujos animados que tras pasar por el certamen de Locarno, participó en el sección oficial a concurso en el Festival de cine europeo de Sevilla.
De un tiempo a esta parte, tanto los Oscar, como algunos festivales internacionales, han decidido admitir a competición, en paridad con las producciones de personajes reales, a aquellas otras que lo son de dibujos animados tradicionales o bien las de animación digital por ordenador.
Un psicoterapeuta solitario, llamado Ruben Brandt, tiene constantemente terribles y violentas pesadillas en las que se ve perseguido y acosado por 13 personajes que aparecen en otros tantos famosos cuadros de algunos pintores célebres en todo el mundo, tanto clásicos como modernos.
Para liberarlo de las mismas, cuatro de sus pacientes, expertos ladrones, entre los que se encuentra la más activa, dinámica y agilísima Mimi, una auténtica cleptómana, se ofrecen para robar esas obras pictóricas de los más conocidos museos y galerías de arte para ayudarle a superar los traumas que éstas le producen.
El objetivo es que el médico posea esas obras maestras de la pintura para que sus traumas y pesadilla de esas manera les desaparezcan, pero se convierten en auténticos delincuentes perseguidos por las policías de todos los países.
De esa manera se convertiría en el coleccionista que denota el título de esta película, gracias entre otros a Mimi que acaba de robar el Abanico de Cleopatra del museo del Louvre y de escapar de las garras del detective Kowalski.
Tradicionalmente los dibujos animados generalmente eran realizados sobre cuentos infantiles, unas veces, pero otras en cambio eran historias inventadas directamente para el cine.
Pocos eran los films realizados en este género que fueran destinados al público adulto, aunque algunos había, pero eran los menos.
Sin embargo últimamente con la introducción del manga hay bastante más de ellos que van destinados a los espectadores adultos.
El que comentamos tiene un guion digno de cualquier novela negra tradicional de los más grandes autores clásicos del género, caso de Dashiel Hammet, William Faulkner, Budd Schulberg, Raymond Chandler, Mickey Spillane, Agatha Christie, Patricia Highsmith, etc. por citar sólo algunos ejemplos.
En el aspecto fílmico el argumento está muy bien dosificado en un guion perfectamente confeccionado por el propio director con la ayuda de su esposa, Radmilla Roszkov, y en su realización, con la fluidez de la narración y del ritmo, el interés aumenta considerablemente en las varias persecuciones que pueblan la interesante e ingeniosa historia.
Se da la circunstancia de que se trata de la ópera prima del realizador esloveno Milorad Krstic tras haber debutado en la dirección con el corto 'May Baby Left Me' (1995), con el que ganó el Oso de plata en el Festival de cine de Berlín y el Premio ópera prima en Annecy, y a fe que con 'Ruben Brandt, coleccionista' (2018) ha logrado un debut más que interesante que no parece de un novato, máximo cuando éste procede del mundo de la pintura, la escultura y el documental.
El dibujo es realmente original, sin parecerse a ningún estilo ya conocido, con figuras estilizadas en los personajes y con preferencia en fijarse en los detalles de los objetos.
En cuanto a la música de Tibor Cárl está a la altura de los logros de la cinta.
A lo largo de la misma hay algunas técnicas cinematográficas o publicitarias empleadas, como la práctica subliminal o referencias a películas, caso de El sueño eterno (1946), El padrino (1972), Convoy (1978) o Los pájaros (1963), de Alfred Hitchcock, con la humorada de que los cubitos de hielo están hechos a base de la figura del orondo director británico.
Premio al mejor guion en el Festival de cine europeo de Sevilla. Premio SkyArte al mejor film en el Festival de Trieste.
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