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CRITICA
Por: PACO CASADO
Un grupo de cazadores, dirigido por Sean Mercer, se marcha al este de África para capturar animales salvajes vivos y venderlos a los zoológicos y a los circos, tanto de Europa como de los de Estados Unidos, en lo que tiene establecido su negocio.
Es un trabajo peligroso en el que uno de sus hombres está a punto de morir al ser abatido por un rinoceronte.
La armonía de la expedición se rompe entre los componentes del grupo cuando entra en escena la bella fotógrafa Anna María D'Allesandro, dedicada a captar la belleza de la naturaleza con su cámara que en este caso quiere vivir una experiencia distinta.
Howard Hawks solía basar sus comedias en la guerra de los sexos entre hombres y mujeres, mientras que en los westerns y las películas de aventuras enfatizaba los valores de la camaradería entre ellos.
En 'Hatari' (1962) el director fundió ambos conceptos en este excelente guion escrito por Leigh Brackett sobre una historia de Harry Kurnitz.
De hecho este film es una mezcla entre la comedia ligera y la acción más trepidante en emocionantes persecuciones por las praderas africanas de los animales salvajes para su captura.
Hatari significa peligro en el idioma suajili y Hawks justificó este título rodando las escenas de captura de los animales de forma casi documental sin dobles, obligando a los propios actores a ponerse delante de ellos, ya que se negó rotundamente a utilizarlos para las escenas de acción.
La cinta se caracteriza por la internacionalidad de su excelente reparto, en el que confluyen actores norteamericanos, franceses, italianos y alemanes, con mención especial para la exmodelo y actriz Elsa Martinelli, que había debutado en el cine americano en Pacto de honor (1955), de André de Toth, con Kirk Douglas.
Esta película lleva la vida en sus imágenes con unos personajes que se juegan su existencia cazando fieras en Tanganika, en los que se dan todas las virtudes y defectos del ser humano: el iracundo, el rencoroso, el miedoso, el altivo, el sencillo... y la mujer, como mecha que enciende los ánimos por la lucha.
Hay una doble conquista, la de la fiera y la del amor.
Film que es un canto al trabajo, con situaciones jocosas o dramáticas, que lleva la acción implícita en sus imágenes.
Cinta perfecta, ejemplar, divertida, para hombres sencillos, de mirada limpia y serena, que gustan del buen cine, el espectáculo y la diversión, todo en un mismo paquete.
Admirable en su sencillez en cuyos personajes se da todo un ciclo vital, de una niña que se convierte en mujer, despierta a la vida y nace el amor.
Un magnífico argumento en donde se alterna el peligro en el trabajo con la placidez del descanso y es entonces cuando surge la comedia y brota la risa que hace feliz al espectador.
Las peripecias de este conjunto de personajes están amenizadas de fondo con la magistral música de Henry Mancini que se hizo muy popular en su momento.
Fue nominada al Oscar la fotografía de Russell Harlan.
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