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CRITICA
Por: PACO CASADO
Estamos ante la típica película que según Alfred Hitchcock no se puede hacer nunca: trabajar con niño o con perro porque te roban la función.
Pues aquí tenemos ambas cosas y lógicamente se erigen en protagonistas absolutos.
La historia relata la amistad entre un chico de 12 años y un perro que encuentra abandonado en una carretera... que sabe jugar a baloncesto.
Esto, que puede parecer increíble, está basado, en parte, en una historia real y el protagonista canino es una auténtica estrella de la televisión norteamericana.
Apropiado film de buenos sentimientos, muy adecuado a las fiestas navideñas, en el que el perro termina jugando en el equipo de baloncesto del colegio del niño por exclusión, ya que el reglamento no especifica que un perro no pueda jugar a este deporte.
La cinta está realizada con corrección y aunque la historia es increíble, pone de manifiesto las buenas relaciones entre ambos personajes y al final se termina haciendo justicia, ya que el antiguo dueño del perro quiere aprovecharse de la fama adquirida por el animal y explotarlo vilmente en su provecho, después del mal trato que anteriormente le había dado.
El guion tiene altibajos pero remonta con habilidad y aunque falle el ritmo a la realización, resulta un producto entretenido, sobre todo para los pequeños espectadores.
Premio Golden Reel en los Genie. Premio especial a la mejor película familiar y a Kevin Zegers como actor joven en los Young Artist.
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