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CRITICA
Por: PACO CASADO
En cine no siempre dos y dos es igual a cuatro. Verán.
Reunir en una misma película a William Friedkin, director ganador del Oscar por 'Contra el imperio de la droga (French Connection)' (1971); al guionista Joe Eszterhas, autor de 'Al filo de la sospecha' (1985) e 'Instinto básico' (1992), el más caro del Hollywood actual y especialista en thrillers eróticos; en el reparto a Linda Fiorentino, la excelente mujer fatal de 'La última seducción' (1994); David Caruso, protagonista de 'El sabor de la muerte' (1995), y 'Chazz Palminteri', el famoso gángster de 'Balas sobre Broadway' (1994) y 'Una historia del Bronx' (1993), podía hacer pensar que de todo ello saldría un excelente film, al reunir estos valores, importantes cada uno en su estilo y especialidad.
Pero lo obtenido con este coctel que es 'Jade' (1995), no da como resultado lo que debería ser o se pensaba que podía salir, sino todo lo contrario.
El cotizado guionista ha hecho una historia que no tiene nada de extraordinario, en la que un policía es avisado de que se ha cometido el crimen de un alto financiero y sospecha de la que un día fue su novia y hoy es la esposa de su mejor amigo.
A lo largo del argumento no se hace más que marear la perdiz, se asesina a varios personajes más, se incluyen algunas escenas eróticas propias para el chantaje, se le añaden unas gotas de corrupción del sistema político norteamericano, unas persecuciones en automóvil y ya con eso se cree que el guiso está hecho, pero le falta cocción a este asunto como para que esté lo suficientemente macerado y apto para el consumo, de lo contrario resulta indigesto.
Se saca en conclusión que el dinero, el poder y el sexo motiva más al sistema judicial y político que cualquier ideología o la preocupación por el bienestar social.
Tal vez sea que William Friedkin no haya sabido limar las asperezas del guion y darle el tratamiento adecuado, porque los elementos interpretativos los tenía al alcance de su mano como para sacar más partido de todos ellos, resultando una cinta que se queda a mitad de camino, con una intriga embarullada y un argumento poco clarificador que no satisface.
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