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CRITICA
Por: PACO CASADO
El director francés Matthieu Kassovitz hace su primera película americana, basada en un guion de Sebastián Gutiérrez, que debutó en la dirección con uno propio, con 'El beso de Judas' (1998) del que sacó un producto interesante.
Esta vez se centra en un thriller psicológico en el que la doctora Miranda Gray, una delicada y exitosa psicóloga criminal, que trabaja en un centro penitenciario en el sector de instituciones mentales, y que trata a Chloe Sava, una paciente difícil, se encuentra de la noche a la mañana, tras tener un accidente automovilístico, cuando despierta se ve recluida en una celda de aislamiento acusada de haber asesinado brutalmente tres días atrás, a Douglas, su marido, que dirige dicha cárcel, y sin recordar nada del hecho, y todas las pruebas le incriminan.
Ella ve visiones fantasmagóricas en su alienación hasta que por una serie de fenómenos que tienen lugar, cree estar poseída, cambiándose así las tornas y convirtiéndose la doctora en paciente y viceversa.
El guion tiene bastante cosas que no convencen, no delinea bien a los personajes y no acaba de justificar el comportamiento de los mismos, basando todo el terror en constantes apariciones fantasmales repentinas que sobresaltan al espectador de forma truculenta o a base de golpes de música.
Un planteamiento sin mucho sentido con una solución que se saca de la manga, una ambientación fría e impersonal.
Echa a perder lo que en principio parecía un planteamiento interesante cuyo desarrollo del mismo resulta vulgar y sin sentido.
Halle Berry sobreactúa en algunos momentos y Penélope Cruz está convincente en su corto papel de la chica débil y desgraciada que ha asesinado a su padre para que dejara de violarla.
Los personajes masculinos están en un segundo plano, en general.
El director y actor francés Mathieu Kassovitz, especialmente recordado por su papel coprotagonista en 'Amelie' (2001), cosechó un gran éxito internacional gracias a la dirección de 'Los ríos de color púrpura' (2000), un pequeño thriller que recuerda mucho a 'Seven' (1995).
El trabajo le permitió dar el salto al otro lado del Atlántico y colocarse ante su primer ensayo yanqui con Gothica, una cinta que parte de una premisa muy hitchcokiana, la del falso culpable, a la que se le suma una trama de sucesos paranormales.
El resultado es un film a medio camino entre el thriller y el terror.
Un logro corto para las expectativas comerciales que ha despertado este film.
Como curiosidad en una escena de forcejeo en el hospital, el actor retorció el brazo de Halle Berry demasiado fuerte y se lo rompió, lo que supuso parar el rodaje durante ocho semanas.
Premios Bet y Teen Choice para Halle Berry. Premio Stinkers para Penélope Cruz.
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