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CRITICA
Por: PACO CASADO
A veces los actores no se pasan a detrás de la cámara para dirigir sus propios productos, sino que se dedican a producirlos como ocurre con esta nueva versión de las aventuras de Robin Hood detrás de la cual está el actor Leonardo di Caprio, para ofrecernos una nueva versión de este héroe de la pantalla que tantas veces ha sido protagonista en la misma.
Citando un poco de memoria podemos recordar algunos títulos que posiblemente estén en la mente de todos los aficionados como 'Robin de los bosques' (1922) de Allan Dwan, con Douglas Fairbanks; 'Robin de los bosques' (1938), de Michael Curtiz y William Keighley, con Errol Flynn; 'Robin Hood' (1973), de Wolfgang Reitherman, en dibujos animados; 'La gran aventura de Robin y Marian' (1976), de Richard Lester, con Sean Connery; y ya en época más reciente 'Robin Hood, príncipe de los ladrones' (1991), de Kevin Reynolds con Kevin Costner y 'Robin Hood' (2010), de Ridley Scott, con Russell Crowe y ahora nos llega esta nueva edición, posiblemente la más distinta, extraña y menos ajustada a la época histórica en que se desarrolla, cosa que se nota en vestuario y peluquería, aunque hay que admirar el gran tinglado que se monta en algunos decorados.
En este caso cuenta la historia de Robin de Locksley, un noble inglés, convertido en un cruzado que se encuentra en la guerra santa contra el infiel, curtido en mil batallas, que tras volver de la contienda, descubre la larga sombra de la corrupción que esconde el sheriff de Nottingham castigando al pueblo con los abusivos impuestos.
Para ello en compañía de su amigo John le hace la guerra por su cuenta robándole la recaudación de los elevados impuestos que cobra a los campesinos y mineros, para terminar liderando una rebelión del pueblo para que se enfrente al malvado sheriff de Nottingham.
Robin Hood es un personaje habitual en el cine sobre el que se han hecho bastantes películas como hemos apuntado al inicio con algunos títulos de distintas épocas de la historia del cine ya que es un héroe que suele aparecer casi cada década y ahora nos llega una nueva versión que es muy distinta a las anteriores, que no tiene mucha relación con el desarrollo de la historia que sucede en el siglo XIV donde se sitúan sus aventuras, pero que parece más del siglo XXI.
El relato comienza esta vez con el protagonista Robin de Loxley, tras dejar a su amada Marian en su país, al ser reclutado para ir a luchar a Tierra santa en las cruzadas, que se parece mucho a la guerra de Irak y cuando regresa a Inglaterra ataca a la banca, al poder político, a la iglesia, en una especie de revuelta urbana, como un activista antisistema, ayudado por su amigo John, un guerrero árabe, que lo prepara físicamente y le enseña los secretos del arco y las flechas, así como de la lucha subversiva.
Los personajes visten ropa intemporal, muy anacrónica, con una capucha de sudadera que nos recuerda más a la actualidad, Lady Marian no pertenece a la nobleza sino que es una mujer del pueblo, Little John es un árabe musulmán, las escenas de la guerra del inicio con tanta destrucción más parece de un conflicto actual, el sheriff de Nothingan es un dictador fascista sin escrúpulos, el cardenal, como representante de la Iglesia, tampoco sale bien parado en su alianza con el poder y la riqueza.
No obstante el film tiene ritmo, romance, traiciones políticas y en resumen es entretenida, distinta, que sorprende con una nueva visión del proscrito de los bosques de Sherwood que poco o nada tiene que ver con el de la novela de Walter Scott.
Hay que olvidarse del clásico de toda la vida ya que éste es muy diferente puesto que lo único que se pretende es hacer cine de acción con el personaje y sus amigos habituales.
Un Robin Hood volador, que actúa más con el arco y las flechas que con la espada, que en ningún momento utiliza.
En este sentido recuerda más al protagonista de la serie televisiva de Arrow con su capucha y sus flechas.
Tras hacer un corto, varios telefilms y series de televisión el cineasta londinense Otto Bathurst debuta en el largometraje con esta cinta que lleva a buen ritmo con un montaje entrecortado que perjudica a las escenas de lucha.
Es un film de acción poco serio al que a sus aventuras les falta misterio y emoción.
El final queda abierto para una posible continuación o franquicia pero debido a sus malos resultados en la taquilla puede que se quede en simple proyecto.
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