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CRITICA
Por: PACO CASADO
Era la tercera cinta de Costa Gavras para el cine norteamericano tras 'Desaparecido' (1982) y 'El sendero de la traición' (1988).
Las tres películas demuestran que, a pesar de haber cambiado a una cinematografía más poderosa, sigue con sus mismos esquemas tradicionales de films como 'La confesión' (1969), 'Z' (1969) o 'Estado de sitio' (1973).
En el primero era la denuncia de las personas desaparecidas, en el segundo la lucha contra el Ku klux klan y en el tercero una nueva meditación sobre el holocausto y la extradición de antiguos criminales de guerra nazis sobre el que gravita la sombra del proceso de Klaus Barbie.
Mike Laszlo, un inmigrante húngaro que lleva viviendo pacíficamente en los Estados Unidos desde hace más de cuarenta años, se ve implicado en un proceso en el que se le acusa de haber sido un criminal nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
La hija de Mike, Ann, una exitosa abogada, se encargará de defender a su padre con todas sus fuerzas.
Joe Esztershas, famoso por el guion de 'Instinto básico' (1992), hace un trabajo perfecto en el que reflexiona sobre temas como la familia, la identidad y la lealtad, para contarnos la historia de esta abogada, hija del emigrante húngaro que lleva más de cuarenta años refugiado en Norteamérica, que decide defender a su padre en un proceso en el que está acusado por obtener esa nacionalidad falseando los documentos, por haber sido en su país un criminal de guerra.
Cree firmemente en su inocencia y que debe ser un error, pero los hechos le van demostrando la pura evidencia, la cruda y dura verdad del pasado de su padre.
Surge el dilema, ya que como abogada, con la cabeza sabe que es culpable, pero el corazón le dicta no creerlo.
Por una parte debe ser consecuente con su profesión, ya que sería monstruoso dejarse llevar por sus sentimientos y por su corazón, mientras que por otra está luchando por el futuro de su hijo.
A Costa Gavras le interesa las relaciones que se entabla entre padre e hija y establece un gran duelo interpretativo entre la oscarizada Jessica Lange y el gran actor austriaco Armin Muelle-Stahl.
La cinta se beneficia de las tremendas interpretaciones de ambos, fabulosos en su descripción de una amorosa relación paterno filial amenazada por una terrible revelación.
Sus caracteres son opuestos, sus itinerarios psíquicos divergentes, pero tendrán que enfrentarse a un irremediable final.
Ganó el Oso de oro a la mejor película en el Festival de cine de Berlín y Jessica Lange fue candidata al Oscar.
El estupendo guion facilita la puesta en escena y plantea el amor entre padres e hijos y la pasión o el odio que pueden suscitar los criminales de guerra.
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