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CRITICA
Por: PACO CASADO
Está visto y comprobado que la comedia norteamericana no atraviesa su mejor momento, ni con la deriva erótica que atravesó hace unos años, ni haciéndola en serio tratando de imitar el tratamiento que se le daba antes, en la etapa dorada del género.
Frank ha recibido la invitación a la boda de Keith, su hermanastro, con el que no se lleva muy bien, que se celebra en el pueblo californiano de San Pedro Obispo de Tolosa.
También a Lindsay le ha llegado y ambos coinciden en el avión, sin conocerse, y entablan una conversación, descubriendo que Lindsay fue novia de su hermano durante algún tiempo hasta que rompieron.
La relación entre Lindsay y Frank no comienza muy bien desde el inicio, cuando discuten en la cola de embarque, pero en los actos de la boda siempre los sitúan juntos.
Ambos piensan que esas coincidencias no son en vano.
Son dos solitarios, egoístas y cínicos, que al parecer le tienen miedo a comprometerse.
En el endeble guion del propio Victor Levin está claro desde el inicio que ese odio y aversión que se tienen ambos mutuamente está dirigido, previsiblemente, a transformarse en amor y terminar juntos, con lo que no desvelamos nada que no se sepa desde el principio de la proyección.
Uno de los defectos de la película es la abundancia de diálogos, ya que no paran de hablar en todo momento haciéndose insoportable puesto que no dan ni un minuto de respiro a lo largo del metraje, ni siquiera cuando están haciendo el amor en medio del campo ( en una escena sin mucho sentido, metida de manera forzada) o se enfrentan a un puma, en lugar de salir corriendo, la mayoría de las veces a cámara fija largando diálogos como una ametralladora. Dado los escasos lugares donde se desarrolla la acción bien podría representarse en el escenario de un teatro, que eso es lo que parece esta obra, en la que tan solo hablan (demasiado) la pareja protagonista, que tiene poco de cinematográfica.
La mayoría de los diálogos, por otra parte son vacuos, no interesan ni poco ni mucho.
En cuanto a la interpretación Wynona Ryder no deja de gesticular en todo el rato, sin parar ni un solo instante.
En cambio Keanu Reeves se lleva todo el tiempo con cara de palo.
Estos dos iconos juveniles del cine de finales de los años 90, que estaban mejor cuando eran más jóvenes, demuestran que a veces el odio une más que el amor, en esta comedia romántica sobre dos inadaptados decididos a no dejarse embaucar por el romanticismo.
El film supone el reencuentro de la pareja que ya coincidió en 'Drácula de Bram Stoker' (1992) y en otros títulos como 'La vida privada de Pippa Lee'. (2009).
Por parte de Victor Levin se trata de su segundo largometraje tras debutar con 'De 5 a 7' (2014) y entre tanto ha estado dedicado a una larga serie de televisión; la verdad es que no se ha molestado mucho a la hora de la puesta en imágenes, ni ha derrochado mucha imaginación.
De lo mejor de esta cinta son los breves momentos de la alegre y agradable música que une una secuencia con otra.
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