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CRITICA
Por: PACO CASADO
El cine de terror es inagotable, no para, cada semana hay un nuevo título al menos de estreno y en este caso se trata del remake de la película de ese género basada en la famosa novela que Stephen King había publicado el 14 de noviembre de 1983, de la que ya se llevó al cine 'El cementerio viviente' (1989) a cargo de Mary Lambert, que adaptó el propio autor, que tuvo incluso una secuela, 'Cementerio viviente 2' (1992), también de Mary Lambert.
Stephen King es uno de los autores cuyas novelas han sido más veces trasladadas a la pantalla y a la televisión, aunque no siempre con igual acierto.
El Dr. Louis Creed se muda desde Boston al pequeño pueblo de Ludlow, en Maine, con su esposa Rachel y sus dos hijos, Ellie y Gage, a una casa que se encuentra al lado de un bosque en el que hay enclavado un cementerio de animales.
A escasa distancia vive Jud, un viejo viudo, que le informa acerca del mismo y le cuenta que anteriormente ese lugar había sido la zona en la que los antiguos indios que vivían allí enterraban a sus muertos, por ello, los animales resucitan y vuelven a la vida.
El perro es el mejor amigo del ser humano y el gato uno de sus cómplices más fieles y cariñosos, pero cuando aparece el toque siniestro de Stephen King hasta las mascotas son una muy mala compañía que abren oscuros caminos entre los vivos y los muertos. Un thriller psicológico y terrorífico que hace una nueva versión de la novela homónima de King que es como la mayoría de las suyas de terror y misterio.
En este caso es una familia ideal, compuesta por el matrimonio, dos hijos y un gato llamado Church. Los enormes camiones que pasan a toda velocidad por una carretera cercana a su casa suelen atropellar a los animales que cruzan y en ese extraño cementerio los vecinos entierran a sus mascotas muertas.
La idea se le ocurrió a King cuando alquiló una casa al borde de una carretera con una gran cantidad de trafico que arrollaban a sus mascotas y los niños del lugar construyeron un cementerio para las que morían e incluso su hijo casi es atropellado por un camión, pero sí lo fue el gato de su hija y escribió la novela que no se atrevió a publicar durante tres años, metida en el cajón de su escritorio, por ser demasiado terrorífica y el público no se identificaría con ella y cuando se decidió fue uno de sus mayores éxitos, y de las que más gustó a los millones de seguidores que tiene en todo el mundo.
Trata de sus temas favoritos, la pérdida de la inocencia infantil, el miedo a la muerte, el dolor y la reflexión de hasta dónde podemos llegar por el amor a los hijos.
El guion tiene algunas diferencias y cambios con respecto a la novela y a la versión anterior a la que no logra mejorar, tal vez debido a la bicefalia directiva que camina bien desde el inicio y se adocena y vulgariza en los metros finales como una más de terror, esta tercera cinta de la pareja de directores.
El film tiene la atmósfera de misterio que la historia requiere para sorprender al espectador y mantenerlo pegado a la butaca.
Los sustos están repartidos a lo largo de la trama unos provocados por golpes, música o el paso vertiginoso de los camiones y se ve sin muchos sobresaltos hasta la parte final que acumula casi todos los muertos.
Entre tanto tenemos el trauma de Rachel por la muerte de su hermana, el misterioso pasado de Jud o la no creencia de Louis en el más allá.
Decepciona a los aficionados al terror siempre deseosos de vivir nuevas experiencias, ya que es demasiado convencional.
Resultan mejores las adaptaciones cinematográficas de sus novelas que no son terroríficas como 'Cuenta conmigo' (1986), 'Misery' (1990), 'Cadena perpetua' (1994) o 'La milla verde' (1999), que nos parecen ciertamente valiosas, tal vez porque cayeron en manos de mejores directores.
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